Si es un niño…
Francisco de Asís era un hombre famoso. Cierto día, por estar muy ocupado con un trabajo importante, le dijo a uno de sus amigos que nadie debía molestarlo. Incluso, si algún sabio deseaba verle, debía volver otro día. Después de haber dado esas órdenes, Francisco se quedó pensando y agregó: –Pero… si es un niño, llámame.
Eso hace pensar en el Señor Jesús. Él también ama mucho a los niños. Una vez, cuando sus discípulos querían alejarlos para que no lo molestasen, él les dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis” (Lucas 18:16). Él los tomaba en sus brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía.
Hoy el Señor Jesús todavía es el mismo. Tiene tiempo para ti; si tú vas a él, si le hablas, si oras, él te escuchará pues quiere ayudarte. Él te bendecirá.
Jesús les dijo:… De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza
(Mateo 21:16).