Apocalipsis
Apocalipsis
El Señor Jesús mismo nos enseña que “el Espíritu de verdad… os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13). Este es el tema del Apocalipsis.
Compendio y división del Apocalipsis
Apocalipsis
El Apocalipsis es un libro profético. Parece casi innecesario decirlo, pero es imperativo afirmarlo frente a tantas increíbles aberraciones que su explicación ha hecho nacer. Toda profecía de la Escritura (2 Pedro 1:20) puede tener actualmente su cumplimiento parcial, pero ninguna se detiene allí; todas tienen en vista el tiempo profético del fin.
Congregados en el Nombre del Señor Jesús
Mateo 18:20
El Señor Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, da a todos los suyos esta maravillosa promesa en Mateo 18:20: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre (o hacia mi nombre), allí estoy yo en medio de ellos”.
Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
La Biblia nos enseña muchas preciosas verdades relativas a Dios, su naturaleza, sus perfecciones y su ser. Pero eso no es todo lo que nos revela de él. Hay en Dios un misterio que no podemos sondear, porque escapa a la inteligencia humana más elevada.
El libro de Rut
Rut
Del libro de Rut se desprende un encanto particular, de modo que este breve relato ejerce un gran atractivo incluso sobre el lector más indiferente. Se trata de una historia de amor de otros tiempos, en la cual se mezclan tristeza y gozo, faltas y consagración, vida y muerte, cuyo fin es la llegada del día de las bodas y el nacimiento del heredero. El escenario tranquiliza el alma al transportarnos a regiones campestres en compañía de segadores y espigadores. No obstante, para el cristiano que lee las páginas sagradas teniendo a Cristo como meta, el libro de Rut presenta un interés más profundo que adquiere un significado más rico, porque discierne en todas las Escrituras “lo que de Él dicen” (véase Lucas 24:27).
El Nombre que congrega
“El que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).
Jesús: “No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Tampoco hay otra persona que sea el centro de la reunión de los redimidos (Mateo 18:20). El deseo del Señor también es congregar a sus redimidos alrededor Suyo, para ser su Centro. Pero uno debe tener mucho cuidado para no aplicar estricta y teóricamente las verdades concernientes a la congregación, mientras individualmente deshonra al Señor, lo cual desacredita Su Nombre y Su testimonio, además de ser piedra de tropiezo para los que quieren acercarse.
El partimiento del pan
Etapas en la vida del cristiano
Este folleto ha sido escrito con el fin de ayudar a los creyentes, especialmente a los recién convertidos, en lo relacionado con el partimiento del pan. Pero, sin duda, también será útil a los que llevan más tiempo andando con el Señor. Todos los que quieran seguir, servir y agradar al Señor Jesús aquí en la tierra, están cordialmente invitados a leer estas líneas, pidiendo siempre la guía del Señor.
El porvenir
según las profecías de la Palabra de Dios
En estos últimos tiempos, en estos días en que los corazones de los hombres se llenan de espanto a causa de las cosas que suceden o han de acontecer pronto, nos es grato ofrecer, a creyentes y amigos de habla castellana, la presente adaptación de la obra del siervo del Señor y autor cristiano holandés H. L. Heijkoop; la cual, publicada en artículos en una revista bíblica juvenil, fue luego compilada e impresa.
Elías
Un profeta de Dios
Elías, profeta del Dios vivo, empieza su ministerio público en los más sombríos días del pueblo de Israel. Está encargado de despertar las conciencias y de reconfortar el corazón del pueblo de Dios en los días de ruina. Primeramente debe llevar al desfalleciente pueblo de Dios a tener noción de sus responsabilidades, aplicándoles la palabra de Dios a sus conciencias. Seguidamente, alentará a los fieles elevando sus pensamientos por encima de la ruina que los rodea, y sostendrá sus corazones presentándoles las glorias venideras.
La Asamblea de Dios
La plena suficiencia del Nombre de Jesús
En un tiempo como el presente, cuando casi toda nueva idea se convierte en el centro o punto de reunión de alguna nueva asociación, no podemos menos que percibir el valor de tener convicciones divinamente formadas acerca de lo que es realmente la Asamblea de Dios.
La gloria moral del Señor Jesucristo
El tema de mi meditación en estas páginas es la gloria moral del Señor Jesús o, según nuestro modo de hablar, el carácter de nuestro Señor. En él todo subía a Dios como sacrificio de olor grato. Cualquiera de las expresiones de lo que él era, aun la menor, y cualquiera fuese la circunstancia a que ella se refiriese, era un perfume de incienso. En su persona –pero únicamente en ella, por cierto– el hombre fue reconciliado con Dios. En Jesús, Dios volvió a hallar su complacencia en el hombre, y eso, además, con un incremento inefable, puesto que en Jesús el hombre es más caro para Dios que lo que hubiera podido serlo en una eternidad de inocencia adámica.
La Iglesia
Las páginas que siguen tienen por objeto recordar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras acerca del importante asunto de la Iglesia o Asamblea del Dios viviente (1 Timoteo 3:15). El estado actual del mundo cristianizado no es precisamente el mismo que el del tiempo en que el Señor ponía de nuevo en luz, por medio de servidores calificados, muchas verdades olvidadas. Estas verdades han sido difundidas quizá mucho más de lo que ellos pudieron sospechar. Pero el enemigo las ha mezclado artificiosamente con innumerables y perniciosos errores, por lo cual no es siempre fácil separar lo que se halla fundado en la Palabra de Dios de lo que es inaceptable para todo aquel que desee obedecer a la Palabra.
La Iglesia del Dios viviente n°1
¿Qué es la Iglesia?
Qué maravillosa expresión es esta: “La iglesia del Dios viviente”, la casa de Dios, la columna y el baluarte de la verdad. El Dios viviente tiene una Iglesia que es su casa y el lugar de su morada en la tierra. Deseamos considerar esta Iglesia y descubrir cuál es el pensamiento de Dios en lo concerniente a ella.
La Iglesia del Dios viviente n°2
Seis principios básicos
Habiendo considerado el cuerpo de Cristo o la Iglesia de Dios como un todo, llegamos a la iglesia en su aspecto local, es decir, la Iglesia en una determinada localidad. En este aspecto, la unidad de la Iglesia tiene que ser visible, debe tener las características de un cuerpo viviente “para que el mundo crea…” (Juan 17:21).
La Iglesia del Dios viviente n°3
El partimiento del pan y la adoración
La asamblea original formada en Jerusalén perseveraba “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42). Aparte de la comunión, la cual tiene que ver con todas las reuniones y a la vida entera de los creyentes, tenemos aquí tres características especiales que distinguieron la vida de la asamblea de estos santos: la enseñanza, el partimiento del pan y la oración.
La Iglesia del Dios viviente n°4
Reuniones de oración, de edificación y de evangelización
A través del libro de los Hechos sabemos que los creyentes se reunían para la oración colectiva. Nos enteramos también de que en todo momento de dificultad se convocaba a reuniones de oración. Notemos, además, que las ocasiones en las que se producían grandes bendiciones eran precedidas por reuniones de oración.
La Iglesia del Dios viviente n°5
La disciplina en la asamblea
La disciplina en la Iglesia es una necesidad a causa del Santo y Verdadero (Apocalipsis 3:7), quien está en medio de su pueblo. Él, como lo leemos en Habacuc 1:13, es muy limpio de ojos para ver el mal y no puede soportar el agravio. Allí donde el Santo tiene su habitación no es posible permitir que continúe una situación en la que el pecado no es juzgado. Tampoco se puede tolerar el mal en ninguno de sus muchos aspectos. Esa Casa debe mantenerse limpia.
La Iglesia del Dios viviente n°6
Correlación entre asambleas
El terreno bíblico para reunirse es el reconocimiento de la existencia de un solo Cuerpo de Cristo y que, por lo tanto, el único centro divino es el nombre de Cristo. Nos reunimos en Su nombre o hacia Su nombre. A continuación haremos un estudio de la correlación que debe existir entre tales asambleas así reunidas.
La Iglesia del Dios viviente n°7
El día de la ruina
En los anteriores fascículos de esta serie hemos tratado de considerar básicamente a la Iglesia tal como Dios la estableció en el principio. Hemos notado aquí y allá cuán grandemente la cristiandad se ha apartado del diseño original de la Iglesia establecido en un principio por Dios. Hemos notado frecuentemente que la Iglesia que profesa ser cristiana está en un estado de ruina general, descomposición y desorden. Consideraremos ahora a la Iglesia en el día de la ruina. Veremos también cuál es la senda de Dios para el creyente en medio de tal estado.
La Iglesia del Dios viviente n°8
Los dones y el ministerio
Ahora nos toca considerar los ministerios específicos que se ejercen en la Iglesia, tales como enseñar, predicar y cuidar de las almas. Veremos que esta obra debe ser llevada a cabo mediante los dones que Él, la Cabeza glorificada, ha dado a su Iglesia.
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En esta sección, el lector encontrará libros y artículos sobre temas bíblicos más avanzados que tienen que ver con Dios, la manera de reunirse del cristiano, o la profecía.
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