No temas
Una señora estaba en el hospital. Tenía una enfermedad grave y debía ser operada. Para darse valor se puso a buscar en la Biblia todos los textos que dicen “no temas”. En ese momento pasó el médico quien al día siguiente debía realizar la operación. Se paró junto a la cama de la paciente y preguntó:
–¿Qué está leyendo usted, señora?
–La Biblia, doctor. Y le mostró el pasaje de Josué 1:5: “No te dejaré, ni te desampararé”.
–¡Ah! –dijo él– usted busca algo que le dé valor. No tema, todo irá bien.
–En realidad no tengo miedo –contestó ella–, pero necesito la confianza que me da Dios, mi Padre.
–Quizás usted tenga razón. Yo también quisiera creer en Dios como lo hacia antes. Pero tenga valor; la operación saldrá bien.
Al siguiente día, mientras dormía por la anestesia, la señora empezó a cantar el coro «Quédate conmigo, Señor». Todos los que participaban de la operación se sintieron muy impresionados, y especialmente el médico quien, pocos días después, se acercó a la paciente y le dijo:
–¡Todo va muy bien, querida señora! Necesito decirle que, gracias a usted, volví a creer en Dios y en su Palabra.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos
(Salmo 46:1-2).