
¿No hay respuesta a mi oración?
Con frecuencia leemos la Palabra de Dios de manera superficial, y esto es para nuestro perjuicio, sobre todo cuando se trata de enseñanzas relativas a la oración. El desconocimiento de los principales pasajes que se nos presentan en el Nuevo Testamento puede tener consecuencias nefastas para la vida espiritual, conduciendo al desaliento y a la incredulidad. ¿Quién de nosotros no ha experimentado esos sentimientos porque, aparentemente, su oración no tuvo respuesta?

¿Qué pasa después de la muerte?
“Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24). “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor” (Apocalipsis 14:13). Cualesquiera que sean las causas de fallecimiento contadas por las estadísticas, sea que se muera en la cama, en el hospital o en la carretera… conforme a las Escrituras sólo hay dos maneras de morir.

¿Quién es mi prójimo?
Eran pasadas las tres y media cuando Daniel bajó corriendo por la escalera de su casa. Mejor dicho, no resistió la tentación de deslizarse por la barandilla; así que llegó en un instante. En el portal le esperaba Felipe, con un libro debajo del brazo. Tras un breve saludo, echaron a andar a buen paso.

¿Salvados por las OBRAS o por la FE?
La teoría de la salvación por medio de las obras agrada al ser humano porque en ella encuentra un elemento para gloriarse, creyéndose capaz de lograr por sí mismo su salvación. Recibir la salvación como un don de Dios humilla a los hombres que quieren adquirirla y no recibirla gratuitamente. Por tal razón tantas almas se privan de la salvación que se efectuó completamente en la cruz del Calvario, la cual ahora Dios ofrece, gratuitamente, a todo aquel que cree en Él.

Acerca de la oración
La oración es la respiración anhelante del nuevo hombre, producida por la obra del Espíritu Santo, quien mora en todos los verdaderos creyentes. De ahí que hallar a alguien orando es verlo manifestando la vida divina en una de sus características más hermosas y conmovedoras: la dependencia.

Andar con Jesucristo
El camino más excelente
Serie de cartas sobre temas importantes de la vida cristiana.

Andar por la fe
Hebreos 11
En el mundo no se puede negar la existencia de un principio que obra de forma vital, y que en todo tiempo ha incitado vivamente el odio y la oposición del hombre. Siempre ha sido así, desde los días de Abel hasta hoy. Este principio vital es la fe.

Decir mentiras
Primero vamos a tomar conciencia de dónde ha salido el «principio de la mentira». Los primeros hombres no tenían ningún motivo para mentir. Poseían todo lo necesario para ser felices. No tenían problemas, todo les pertenecía, gozaban de una comunión ininterrumpida con Dios. Pero existía alguien que había sido mentiroso desde mucho antes: el diablo. El Señor Jesús lo llama “padre de mentira” (Juan 8:44); él es la raíz del «principio de la mentira». Y a través de una mentira sedujo luego a toda la humanidad para que pecara (comparar Génesis 2:16-17 con 3:1, 4). Por eso cuando decimos una mentira, ¡andamos en las pisadas del diablo!

Del Sinaí al Gólgota
Una carta de Juan Samuel Syniak
Nací en Rusia en el año 1863. Mi padre, que era un piadoso rabino de Polonia rusa, y fiel a las enseñanzas del Talmud, se esforzaba en seguir al pie de la letra los mandamientos de la Ley de la Torá. De esta manera esperaba justificarse ante Dios y recibir su bendición.

Doce temas importantes
de las Sagradas Escrituras
La noción de un Dios supremo, Creador de todas las cosas, es admitida de buen grado aun entre los pueblos no cristianos. Si este Dios supremo no se hubiera ocupado de su criatura después de haberla formado, habría permanecido en esferas alejadas sin ninguna relación con el hombre formado a su imagen y semejanza. Pero Dios se reveló.

El bautismo
En estas líneas no vamos a exponer los distintos pensamientos y opiniones existentes sobre este asunto, sino lo que el Espíritu de Dios quiere decirnos sobre el bautismo y su significado. Creemos oportuno hacer unas observaciones previas a la exposición del bautismo en sí.

El camino hacia la gloria
Nos diferenciamos de todas las demás criaturas vivientes que nos rodean en la tierra en que estamos, de forma más o menos consciente, bajo la acción de Dios. Éste es el carácter distintivo del hombre. El Dios creador de todas las cosas lo ha hecho a su imagen.

El creyente no puede perder su salvación
Satanás jamás deja descansar al creyente. Sin cesar está en actividad (Job 1:7; 2:2), acusando a los hermanos día y noche ante Dios (Apocalipsis 12:10), procurando hacerlos tropezar o bien intentando turbarlos. Desde el principio, sus medios para efectuar esta obra de destrucción son los mismos. Todavía hoy, con el fin de hacer vacilar la fe, siembra la duda en los corazones y siempre utiliza el “¿Conque Dios os ha dicho?” de Génesis 3:1.

El cristiano y el mundo
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él (1 Juan 2:15).
¿Qué es el mundo? He aquí una pregunta de suma importancia que se presenta al atento examen de todo creyente serio y reflexivo. ¿Qué es este mundo, del cual la Palabra nos exhorta a guardarnos sin mancha? (Santiago 1:27).

El faro sobre la roca
Nací en un faro durante una noche particularmente tempestuosa. Gigantescas olas venían a estrellarse ruidosamente contra nuestra morada. De no haber sido firmemente asentado sobre la roca, el faro y cuanto contenía hubiera sido barrido en el océano.

El hogar cristiano
El hogar fue establecido por Dios, y fue Su designio para la humanidad. Cuando Dios hizo a Adán y a Eva y los unió en santo matrimonio, mandándoles que fructificaran y se multiplicaran y que llenaran la tierra, instituyó la primera familia y el primer hogar (Génesis 1:27-28). Toda la estructura social humana descansa sobre la unidad de la familia. Y el hogar, la morada de la familia, bien sea una choza o una mansión, es la fortificación o el refugio de la comunidad. De ahí a que se diga con frecuencia: «El hogar es el baluarte de la nación». Sobre él descansa todo el edificio de la civilización. Si él desaparece, desaparece la nación, porque la nación no es sino un conjunto de individuos unidos por una relación de familia. Es evidente, pues, la importancia del hogar y de la vida familiar conforme a los pensamientos de Dios.

El pecado después de la conversión
El asunto que vamos a considerar es el que más inquieta a los creyentes al principio de su carrera. Se trata de la pérdida de la comunión con Dios, originada después de la conversión, a causa del pecado.

El perdón de los pecados
Oh, qué bendición poder repetir con el salmista: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado”, y: “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salmo 32:1, 5-6). Verdaderamente esto es bendición, y fuera de ella no existe ninguna.

El yugo desigual
“El amor de Cristo –dice el apóstol– nos constriñe” (2 Corintios 5:14). Este es el motivo más poderoso de todos. Cuanto más lleno esté el corazón del amor de Cristo, y cuanto más fijemos nuestros ojos espirituales en su bendita Persona, más buscaremos seguir sus huellas celestiales. Ahora bien, entre los numerosos obstáculos que se oponen a esta plena consagración de corazón a Cristo que yo deseo ardientemente para mí y para mis lectores, el yugo desigual, tal como lo veremos, ocupa uno de los primeros lugares.

Introducción a la Biblia
Escribir una introducción a la Biblia es una empresa ciertamente difícil y extremadamente seria. Tomar tal libro para mostrar el encadenamiento de sus diversas partes, su relación entre ellas y con el conjunto, a fin de revelar los designios de Dios, es una tarea difícil, pues uno se encuentra en presencia de los mismos pensamientos de Dios.
Para el creyente que se acaba de convertir todo es nuevo. Se trata de seguir al Señor Jesús y vivir una vida conforme a la fe. En esta sección el lector encontrará aspectos importantes de la vida cristiana.
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