Juventud y Familia

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El hogar cristiano

El hogar cristiano

El hogar fue establecido por Dios, y fue Su designio para la humanidad. Cuando Dios hizo a Adán y a Eva y los unió en santo matrimonio, mandándoles que fructificaran y se multiplicaran y que llenaran la tierra, instituyó la primera familia y el primer hogar (Génesis 1:27-28). Toda la estructura social humana descansa sobre la unidad de la familia. Y el hogar, la morada de la familia, bien sea una choza o una mansión, es la fortificación o el refugio de la comunidad. De ahí a que se diga con frecuencia: «El hogar es el baluarte de la nación». Sobre él descansa todo el edificio de la civilización. Si él desaparece, desaparece la nación, porque la nación no es sino un conjunto de individuos unidos por una relación de familia. Es evidente, pues, la importancia del hogar y de la vida familiar conforme a los pensamientos de Dios.

Jade preciosa

Jade preciosa

La pequeña china

Jade Preciosa era una hermosa jovencita china. Su pequeña figura reflejaba el color delicado del marfil. Sus ojos oblicuos parecían bayas negras, y sus cabellos lisos, igualmente negros, brillaban, porque habían sido cuidadosamente peinados con aceite. Llevaba vestidos limpios, aunque remendados, como los de los otros cuatro niños que la acompañaban. Ella misma los había lavado y remendado. Su madre estaba muy feliz de poder contar con la ayuda de una hija tan juiciosa.

Mimosa

Mimosa

La joven hindú

Este relato verídico es la historia siempre nueva de un alma que se dejó ganar por el infinito amor del Salvador. Para comprenderla mejor, hemos pensado que sería bueno explicar un poco lo que son las «castas». Muchos años antes de la era cristiana, el pueblo hindú estaba dividido en cuatro sociedades: los sacerdotes, los jefes (magistrados y soldados), los agricultores y los vencidos. Las dos primeras «clases» dominaban las otras dos; la tercera gozaba de un monopolio que le aseguraba una buena posición. En cuanto a la cuarta, vivía completamente sometida. Estas divisiones comenzaron a causa de las diferencias de origen y por conquistas que obligaron a vencedores y vencidos a vivir juntos. Con el correr de los siglos, se subdividieron en fracciones muy pequeñas llamadas desde entonces «castas».