¿Conoces el camino al cielo?
La lluvia era muy fuerte. En la ciudad todo parecía triste. Los autos iban despacio para no patinar. Las personas caminaban ligero, pues querían llegar pronto a sus casas. Un hombre cruzaba la calle a grandes pasos. De repente sintió que alguien le tiraba de la manga. Se dio vuelta y vio que dos ojos grandes y serios lo miraban fijamente.
–¿Qué deseas? –le preguntó mientras metía la mano en su bolsillo para darle algunas monedas.
–Señor –contestó ella–, ¿puede usted indicarme el camino al cielo?
–¿El camino para ir adónde? –preguntó el hombre, asombrado.
–Me gustaría saber cuál es el camino para ir al cielo –repitió la niña.
–¿Y para qué quieres saberlo?
–Cuando murió mi papá –explicó la pequeña–, él me dijo que iba al cielo, y ahora yo no recuerdo el camino. Solo sé que él me dijo: Lisa, busca el camino al cielo y entonces nos encontrarás a mamá y a mí.
Era una pregunta rara, pero muy importante. Qué suerte para esa niña haber encontrado a alguien que podía indicarle el único camino para ir al cielo. El hombre era un verdadero cristiano. Por eso, con mucha alegría en su corazón, habló del Señor Jesús a la pequeña.
Con palabras sencillas le explicó que el verdadero camino para ir al cielo es el Señor Jesús, quien vino del cielo para morir en la cruz y así salvar a los pecadores. También le dijo que andamos por ese camino cuando seguimos al Señor Jesús.
La niña escuchó con mucha atención y abrió su corazón al amor de Dios y del Salvador. Dio las gracias al hombre que le había dado tan buena noticia y se fue corriendo. Este la siguió con la mirada y oró en su corazón para que el buen Pastor cuidara a ese cordero hasta el día en que Él lo hiciera entrar en la casa del Padre. Allí hay muchas moradas para que quienes aman al Señor Jesús estén con el Señor para siempre.
Muchos chicos y chicas conocen al buen Pastor que tiene un corazón lleno de amor. Ellos creen en el Señor Jesús quien murió para salvarlos y le han pedido que los limpiara de sus pecados. Así encontraron el camino al cielo. ¿Y tú?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí
(Juan 14:6).