Nota del editor
Los dos términos “iglesia” y “asamblea” son equivalentes. En estas páginas serán usados indistintamente. El de “asamblea” tiene la ventaja de que su forma recuerda sin cesar su significación, más frecuentemente perdida de vista con la palabra “iglesia”. Por otra parte, tanto uno como otro término pueden prestarse al equívoco, por cuanto son reivindicados por denominaciones religiosas particulares. Este libro no apoya, por supuesto, las prácticas de tales grupos, aunque tengan un nombre bíblico. Su único propósito es presentar lo que dicen las Escrituras respecto de la Iglesia.