Introducción
El Señor Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, da a todos los suyos esta maravillosa promesa en Mateo 18:20:
Donde están dos o tres congregados en mi nombre (o hacia mi nombre), allí estoy yo en medio de ellos.
Podemos preguntar: ¿Es su Nombre, es Él mismo realmente el centro divino en todas las congregaciones de cristianos? En muchos casos, desgraciadamente, la contestación es “no”. Pero hay cristianos que tienen el deseo de reunirse, no en torno a un hombre ni a una doctrina, sino solamente en el Nombre de Jesús.