Apocalipsis
Apocalipsis
El Señor Jesús mismo nos enseña que “el Espíritu de verdad… os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13). Este es el tema del Apocalipsis.
Compendio y división del Apocalipsis
Apocalipsis
El Apocalipsis es un libro profético. Parece casi innecesario decirlo, pero es imperativo afirmarlo frente a tantas increíbles aberraciones que su explicación ha hecho nacer. Toda profecía de la Escritura (2 Pedro 1:20) puede tener actualmente su cumplimiento parcial, pero ninguna se detiene allí; todas tienen en vista el tiempo profético del fin.
El porvenir
según las profecías de la Palabra de Dios
En estos últimos tiempos, en estos días en que los corazones de los hombres se llenan de espanto a causa de las cosas que suceden o han de acontecer pronto, nos es grato ofrecer, a creyentes y amigos de habla castellana, la presente adaptación de la obra del siervo del Señor y autor cristiano holandés H. L. Heijkoop; la cual, publicada en artículos en una revista bíblica juvenil, fue luego compilada e impresa.
Lenguaje simbólico del Apocalipsis
Apocalipsis
La idea de ofrecer una interpretación del lenguaje simbólico del Apocalipsis no es nueva, ya que muchos llamaron la atención sobre su indiscutible utilidad; pero, vista la imposibilidad de definir un símbolo mediante una fórmula, esta interpretación presentaba numerosas dificultades.
Castigo eterno vs. universalismo y aniquilacionismo
Juan 3:36
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que no obedece al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él (Juan 3:36, V. M.).
El castigo eterno
Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a este temed (Lucas 12:4-5).
El pueblo de Israel
Aunque el pensamiento de Dios fue revelarse a toda criatura, escogió un pueblo para que recibiera esta revelación. Y lo escogió según Su propia soberanía, no debido a una calificación particular. Su historia demuestra claramente que el privilegio de ser depositario de los oráculos de Dios no requiere, de entrada, un carácter de nobleza moral.
Israel y las naciones
Salmos 67
Tener presente el propósito original de Dios al enviar el Evangelio a los gentiles, o a las naciones, contribuirá en gran medida a dar claridad y precisión al esfuerzo misionero. Este está claramente indicado en Hechos 15: “Simón ha contado” –dice Santiago– “cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre” (v. 14).
La profecía
Para empezar debemos distinguir diversos aspectos de la profecía, a fin de evitar errores al interpretarla. El propósito de la profecía siempre es hablar al corazón y a la conciencia, advertir, animar y consolar. Estos diversos aspectos pueden ser resumidos así:
El juicio
Hay algo peculiarmente penoso en el pensamiento de tener que entrar en conflicto, con tanta frecuencia, con las opiniones aceptadas generalmente en la Iglesia profesante. Parece presuntuoso contradecir, en tantos temas, todas las grandes pautas doctrinales y los credos de la cristiandad. Pero, ¿qué tiene que hacer uno?
El remanente judío
Mateo 24:1-44 forma parte de uno de los discursos más profundos y de mayor alcance que hayan entrado jamás en oídos humanos; es un discurso que abarca el destino del remanente judío, la historia del cristianismo y el juicio de las naciones. Ya hemos echado un vistazo al último de dichos puntos.
La cristiandad
¡Qué variedad de pensamientos y sentimientos se despiertan en el alma al solo sonido del vocablo «cristiandad»! Es un vocablo terrible pues nos pone delante esa vasta multitud de profesantes bautizados que se llaman a sí mismos la iglesia de Dios, pero no lo son; se llaman el cristianismo, pero no lo son. La cristiandad es una anomalía oscura y terrible. No es una cosa ni otra.