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¡Cumplido está!

De este Salmo 22 se puede decir con propiedad que constituye el centro moral del libro de los Salmos, pues nos muestra la obra del Señor Jesús, la que hace posibles todas las bendiciones contenidas en el resto del libro y el cumplimiento del consejo de Dios para con su pueblo y para con la tierra. Estamos aquí en presencia de lo que está en el corazón mismo del pensamiento de Dios con respecto a su gloria y también con respecto a nuestra bendición: los sufrimientos de Cristo durante las tres últimas horas de la cruz.

“Salgamos, pues, a Él”

Hebreos 13:13

Cabe temer cierta confusión en la manera de considerar lo que la Escritura nos dice acerca del campamento de Israel. La historia de este pueblo ofrece tantas analogías como contrastes con nuestra propia posición, tal como lo muestra, en particular, la epístola a los Hebreos, y nosotros debemos tomar en cuenta tanto las unas como los otros. Es importante, para ello, captar bien, por una parte, los principios morales válidos para todos los tiempos y, por la otra, los rasgos propios de las economías sucesivas, a fin de no volver a cosas perimidas y, en cambio, extraer de ellas el provecho tenido en vista al sernos relatadas.