Las siete fiestas de Jehová
Levítico 23 – Números 28 – Números 29 – Deuteronomio 16
Las fiestas de Jehová, como están expuestas en Levítico capítulo 23, eran “fiestas solemnes”, es decir, tiempos fijados para acercarse a Dios y presentarle sacrificios (v. 37). Según el pensamiento divino, no eran fiestas del pueblo, sino “las fiestas solemnes de Jehová”, santificadas para él y para su gloria. Cuando la tradición y los ritos las despojaron de su verdadero carácter –hasta el punto de excluir de ellas al mismo Señor Jesús–, esas fiestas fueron llamadas meramente “fiesta de los judíos” (Juan 5:1; 7:2).
Una sola ofrenda, varios sacrificios
Levítico 1
Nos proponemos considerar la muerte del Señor Jesús, “la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (Hebreos 10:10). Será el tema central de la adoración de los redimidos en la eternidad, pero, aunque no podamos sondearlo aquí abajo, es la voluntad del Señor que nuestros corazones se ocupen en él.
¿Diezmar? o ¿no diezmar?
Lo que nos enseña la Biblia sobre el diezmo
Al leer el Antiguo Testamento queda bien claro que Dios exigía de su pueblo terrenal que le diera anualmente una parte de sus ingresos, es decir, la décima parte o el diezmo. Este era un mandamiento adicional a los sacrificios obligatorios que se debían ofrecer a causa de los pecados cometidos, al impuesto del templo y a parte de las cosechas del campo, entre otras ofrendas. Unas eran obligatorias y otras voluntarias.