Josué
Josué
El libro de Josué nos presenta en figura el tema que desarrolla el Espíritu Santo en la epístola a los Efesios, a saber, los resultados gloriosos de la obra redentora de la cruz y la posición celestial de la Iglesia en Cristo, su Cabeza.
El libro de Rut
Rut
Del libro de Rut se desprende un encanto particular, de modo que este breve relato ejerce un gran atractivo incluso sobre el lector más indiferente. Se trata de una historia de amor de otros tiempos, en la cual se mezclan tristeza y gozo, faltas y consagración, vida y muerte, cuyo fin es la llegada del día de las bodas y el nacimiento del heredero. El escenario tranquiliza el alma al transportarnos a regiones campestres en compañía de segadores y espigadores. No obstante, para el cristiano que lee las páginas sagradas teniendo a Cristo como meta, el libro de Rut presenta un interés más profundo que adquiere un significado más rico, porque discierne en todas las Escrituras “lo que de Él dicen” (véase Lucas 24:27).
Esdras
Esdras
El cautiverio de Babilonia tuvo lugar en tres épocas diferentes: la primera, al principio del reinado de Joacim; la segunda, durante el corto período del reinado de Joaquín (o Jeconías); la tercera, por último, en el año once de Sedequías. Las dos últimas épocas fueron las más terribles, pero de la primera datan los 70 años de cautiverio predichos por Jeremías el profeta (2 Crónicas 36:21; Daniel 9:12; Jeremías 25:1, 11-12; 29:10, donde se cumplen 70 años en Babilonia, a saber, desde el primer año de Nabucodonosor; véase Jeremías 25:1).
Nehemías
Nehemías
El libro de Nehemías, hijo de Hacalías, no es la continuación inmediata del libro de Esdras. Comienza en el vigésimo año de Artajerjes (Mano Larga), es decir, trece años después de la llegada de Esdras a Jerusalén (comp. Esdras 7:7), que tuvo como resultado los acontecimientos relatados en los capítulos 7 a 10 de su libro. Durante estos trece años, el “remanente” había caído en el oprobio y en una gran miseria. Es cierto que el templo estaba reconstruido, pero en una ciudad sin defensas estos pobres judíos estaban en constante peligro de sucumbir bajo los ataques de sus enemigos; y la casa de Dios, objeto de su solicitud, estaba expuesta a un nuevo saqueo.
Josué, conductor para tomar posesión del país
Josué 1:1-18
El libro de Josué nos hace entrar con Israel en el país de la promesa para tomar posesión del mismo.
La fe de Rahab
Josué 2:1-13
Dos grandes obstáculos impiden la entrada del pueblo en Canaán. En primer lugar el Jordán, que constituye la frontera. Luego, en la otra ribera, la imponente fortaleza de Jericó.
El medio de salvación – El regreso de los espías
Josué 2:14-24
El hecho de que Rahab fuese no solamente una enemiga sino una persona poco recomendable subraya la profundidad de la gracia divina. Así como ocurrió en el caso de otra cananea en los tiempos del Señor, la fe de esta la hace participar, espiritualmente hablando, de las “migajas” que caen de la mesa de los hijos de Israel (Mateo 15:22-28).
Significado de la travesía del Jordán
Josué 3:1-13
El mar Rojo cerraba el paso a Israel en la salida de Egipto, ahora el Jordán le cierra el acceso a Canaán. El paso a través de ese río nos enseña una nueva verdad de gran importancia: nuestra muerte con Cristo.
¿Por qué se cruza el río en seco?
Josué 3:14-17 – Josué 4:1-8
El arca es la primera en penetrar en las aguas y abre el paso para el pueblo. La entrada de Cristo en la muerte nos abrió un camino por el cual no habíamos “pasado antes”, un “camino nuevo y vivo” (v. 4; Hebreos 10:20).
Las 2 x 12 piedras erigidas como monumento conmemorativo
Josué 4:9-24
Por orden de Jehová Josué manda sacar doce piedras del Jordán y hace con ellas un monumento en Gilgal (v. 20). Dentro del Jordán también coloca doce piedras más que permanecen sumergidas (v. 9). “¿Qué significan estas piedras” para nosotros? (v. 6).
Gilgal, un nuevo comienzo
Josué 5:1-15
Henos aquí en la orilla de la resurrección. ¿Qué descubrimos allí? ¡Un penoso hecho! Primeramente, los enemigos exteriores han vuelto a hacer acto de presencia. Pero, ¡tengamos ánimo! No tienen fuerzas (v. 1), ya han sido vencidos por Cristo en la cruz (Colosenses 2:15).
Un extraño plan de batalla
Josué 6:1-14
Cual guardián terrible que vela en la entrada de Canaán, se alza imponente la poderosa fortaleza de Jericó cerrando el paso al pueblo. ¡Qué obstáculo más terrorífico! ¿Qué representa esto para nosotros?
Las armas para luchar
Josué 6:15-27
Seguramente a los habitantes de Jericó les parecería irrisoria e inofensiva la ronda de esos trompetistas en torno a sus murallas. ¿Se había visto alguna vez un asedio emprendido de esa manera? ¡Las burlas no habrán faltado! Pero “lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27).
Las razones de la derrota en Hai
Josué 7:1-15
Después de Jericó, Israel debe combatir a Hai, una ciudad aparentemente insignificante. Parece fácil tomarla sin molestar a todos los hombres de guerra; con tres mil bastará. Pero contrariamente a lo esperado, Israel es vencido.
El mal se descubre
Josué 7:16-26
Tanto para el juicio como para el combate, Josué se levanta temprano (v. 16). El asunto tiene que arreglarse cuanto antes. Cuando Dios ha esclarecido nuestra conciencia, debemos ponerles orden a las cosas inmediatamente.
Medir las consecuencias de nuestros errores pasados
Josué 8:1-13
Israel fue derrotado principalmente a causa del pecado oculto. Pero dicha derrota tenía, además, otro motivo: la victoria sobre Jericó manifiestamente había dado al pueblo confianza en sí mismo. Y esto es aún más sorprendente por cuanto se trataba de un milagro. ¿Cuál fue la parte de Israel en la destrucción de dicha fortaleza?
Victoria sobre Hai
Josué 8:14-23
“¿Qué harás tú a tu grande nombre?”, había preguntado Josué a Dios (cap. 7:9). Ahora que el pecado ha sido quitado, Israel espera en Dios y Dios le responde dándole la victoria.
Saber conformarse a las enseñanzas de las Escrituras
Josué 8:24-35
Hai es conquistada y luego quemada, sus habitantes son masacrados, su rey ahorcado y su botín conservado para beneficio del pueblo, “conforme a la palabra de Jehová que le había mandado a Josué” (v. 27).
La artimaña de los habitantes de Gabaón
Josué 9:1-16
Mientras el pueblo de Dios obtiene su fuerza mediante la dependencia del Señor, el mundo busca la suya en la asociación.
Mala sorpresa
Josué 9:17-27
Anteriormente, frente a Hai, el pueblo se consideraba bastante fuerte. En presencia de los gabaonitas también se creía bastante sabio. No sentía la necesidad de consultar a Jehová (v. 14).
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