El libro de Rut
Rut
Del libro de Rut se desprende un encanto particular, de modo que este breve relato ejerce un gran atractivo incluso sobre el lector más indiferente. Se trata de una historia de amor de otros tiempos, en la cual se mezclan tristeza y gozo, faltas y consagración, vida y muerte, cuyo fin es la llegada del día de las bodas y el nacimiento del heredero. El escenario tranquiliza el alma al transportarnos a regiones campestres en compañía de segadores y espigadores. No obstante, para el cristiano que lee las páginas sagradas teniendo a Cristo como meta, el libro de Rut presenta un interés más profundo que adquiere un significado más rico, porque discierne en todas las Escrituras “lo que de Él dicen” (véase Lucas 24:27).
Una mala iniciativa – Un feliz regreso
Rut 1:1-14
Como un rayo de luz después de las sombrías páginas del libro de los Jueces, Dios nos presenta la historia de Rut. Este hermoso relato nos enseña que la fe personal puede existir en todos los tiempos y en todos los pueblos, y que Dios siempre está pronto a hacer grandes cosas para responder a esa fe.
La elección de la fe de Rut
Rut 1:15-22 – Rut 2:1-3
Orfa no vacila mucho tiempo. De un lado: la viudez, la pobreza en compañía de una mujer vieja y triste, en medio de un pueblo y un Dios desconocidos. Del otro: su propio pueblo, el afecto de los suyos, sus ídolos familiares.
Un encuentro personal con Booz
Rut 2:4-16
Rut solo había tenido que ver con los criados de Booz. Ahora encuentra a ese “amigo… hombre poderoso en riquezas” (v. 1, V. M.), figura particularmente hermosa del Señor Jesús. Booz evoca para nosotros al Amigo supremo, bondadoso y compasivo, Aquel de quien Dios pudo decir en el Salmo 89:19: “He puesto el socorro sobre uno que es poderoso”.
Energía para alimentarse – ¿Dónde encontrar la paz del alma?
Rut 2:17-23 – Rut 3:1-13
En Israel, cuando se segaba, los rincones del campo debían ser dejados al pobre, al extranjero o a la viuda que llegaran a espigar (Levítico 23:22; Deuteronomio 24:19). Rut tiene, por consiguiente, un triple título para aprovechar esa disposición de la gracia.
Jesucristo el Redentor
Rut 3:14-18 – Rut 4:1-6
“No hay ninguno –afirma Jesús a sus discípulos– que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mí… que no reciba cien veces más ahora en este tiempo…” (Marcos 10:29-30; véase también Hebreos 6:10). Rut no se había equivocado al hacer su elección. Por eso, no perdió su recompensa.
Rut recompensada y bendecida
Rut 4:7-22
Los nombres en la Biblia a veces tienen un interesante significado. Así ocurre en este libro de Rut. Tenemos a Noemí: placentera, quien llegó a ser Mara: amarga (cap. 1:20).