¡Abraham se extravía y es corregido por el mundo!
Génesis 20:1-18
Con frecuencia es necesario que Dios repita sus lecciones hasta que un mal sea juzgado de raíz y confesado. Aquí era una media mentira.
¡Apoyarse en una caña!
Ezequiel 28:20-26 – Ezequiel 29:1-7
Después de Tiro, su vecina y aliada Sidón es objeto de una corta profecía.
¡Ay de Jerusalén y de los que desprecian a Dios!
Isaías 29:1-24
Después de la invasión mencionada en el capítulo 28, Jerusalén aún no está libre (véase cap. 40:2). Va a soportar un nuevo asalto de parte de una formidable coalición de pueblos.
¡Cómo dudar de su amor!
Génesis 50:15-26
A José todavía le está reservada una pena. Sus hermanos dudan de su amor. Piensan que, desaparecido Jacob, ahora José se va a vengar.
¡Cuántos pecados!
Ezequiel 20:1-14
Los ancianos, a quienes la primera visita hecha a Ezequiel no parece haberles enseñado nada (cap. 14), vuelven a visitar al profeta.
¡Cuidado, malos obreros!
2 Corintios 11:1-15
Falsos apóstoles buscaban reemplazar a Pablo en el corazón de los corintios.
¡Cuidado, trampa!
Proverbios 6:1-19
Ser fiador es recomendar a alguien y garantizar los compromisos que él contrajo.
¡Demasiado tarde!
1 Samuel 28:15-25
¡Espantosa escena! La misma mujer clamó en alta voz, porque Samuel no apareció a consecuencia de sus encantamientos. Ni ella, ni Satanás su amo tenían el poder para hacerlo. Por un instante, la mano de Dios entreabrió la puerta de la morada de los muertos e hizo subir a su siervo Samuel a la escena.
¡Dominar su lengua!
Santiago 3:1-18
La impureza del corazón también se exterioriza tarde o temprano mediante palabras.
¡Encontrar a Dios!
Amós 4:1-13
En otros tiempos, cuando Jehová enviaba sus plagas a Egipto, ponía a Israel a cubierto de ellas.
¡Finalmente alguien habla de parte de Dios!
Job 33:1-22
Dos veces ya, Job había reclamado la intervención de un árbitro; deseo que se cumple!
¡Lograr que alguien desobedezca!
1 Reyes 13:1-19
1 Reyes 13:1-19
¡Luz en el santuario!
Éxodo 37:17-29
El candelero era de oro labrado a martillo y que estaba alimentado con aceite puro de olivas machacadas. El altar de oro es otra imagen de Aquel que es el objeto central del culto.
¡No acercarse más!
Éxodo 19:16-25
El capítulo 12 de la epístola a los Hebreos, refiriéndose a esta escena establece el contraste entre el “monte que se podía palpar” y el de Sion (el de la gracia), al cual somos invitados a acercarnos.
¡No disputar entre hermanos!
Jueces 12:1-15
En el capítulo 8, versículos 2-3, Gedeón había experimentado que “la blanda respuesta quita la ira”. Ahora, a sus expensas, Jefté va a aprender la continuación de ese versículo:
¡No regatear!
Jueces 11:23-40
Jefté se cree obligado a pagar a Jehová, mediante un sacrificio, su victoria sobre los hijos de Amón. ¡Esto es no conocer bien a Dios! Él se complace en bendecir a los suyos y, a cambio, solo espera que le amemos. Él nos salva gratuitamente.
¡Orar solo en extrema necesidad!
Jonás 2:1-10
Todo lo que Dios dispone, manda o prepara, alcanza su propósito final
¡Qué contraste!
Ezequiel 36:1-15
Entre los vecinos de Israel, Edom era particularmente culpable (v. 5).
¡Qué contraste!
1 Samuel 2:12-26
Como lo había prometido, Ana se separó de su pequeño hijo quien, desde ahora, habita con Elí en Silo, en la presencia de Jehová. Notemos el contraste entre este niño que sirve y los hijos de Elí, ya adultos, cuya mala conducta era un escándalo para el sacerdocio.
¡Qué ingratitud!
Ezequiel 16:1-22
Este pasmoso capítulo describe la odiosa conducta de Jerusalén para con Jehová, a quien todo lo debía.