Proverbios | Ediciones Bíblicas

Metas y objetivos del libro

Proverbios 1:1-19

Dios se sirvió de Salomón, el más sabio entre los sabios, para darnos “los Proverbios”, el libro de la Sabiduría.

La Sabiduría llama con insistencia

Proverbios 1:20-33

Dios no dio su Palabra solamente para instrucción de los creyentes; también ella es el Evangelio de la gracia que muestra a los inconversos el camino de la salvación.

La Sabiduría protege del mal

Proverbios 2:1-22

Antes de volver a ocuparse en la educación de su hijo, la Sabiduría escudriña sus disposiciones.

Una exhortación – Una promesa

Proverbios 3:1-20

Son para ti, joven amigo creyente, estas palabras llenas de amor de tu Padre celestial: “Hijo mío, no te olvides…”.

No temer – El amor al prójimo

Proverbios 3:21-35

Retener las instrucciones de la Sabiduría es, en primer lugar, necesario para la vida de mi alma.

Enseñar a los niños

Proverbios 4:1-19

El hijo de padres creyentes empieza a adquirir en su familia los rudimentos de la sabiduría según Dios.

Influencia del corazón sobre todo nuestro ser II

Proverbios 4:20-27 – Proverbios 5:1-23

Todos los sentidos, todos los vitales órganos del creyente deben quedar bajo el control de la sabiduría.

¡Cuidado, trampa!

Proverbios 6:1-19

Ser fiador es recomendar a alguien y garantizar los compromisos que él contrajo.

Una seria advertencia

Proverbios 6:20-35

Desde el principio del libro, inmediatamente después del temor de Jehová se le recuerda al joven creyente un primerísimo deber: escuchar a sus padres y obedecerles (cap. 1:8-9).

Dar la espalda y huir

Proverbios 7:1-27

Este capítulo ilustra, de la manera más solemne, el peligro que la mujer ajena hace correr al joven hijo de la Sabiduría.

Encrucijadas

Proverbios 8:1-21

Como en el capítulo 1, la Sabiduría se vuelve hacia los perdidos y hace resonar sus llamados de gracia.

El Hijo eterno

Proverbios 8:22-36

Lo “que Dios ha preparado para los que le aman” tiene su fuente en Cristo.

Una doble invitación

Proverbios 9:1-18

El Verbo, quien era en el principio “con Dios”, quien “era Dios”, descendió para hablar a los hombres y traerles la revelación del Padre.

Dios es sensible a nuestra conducta

Proverbios 10:1-15

A partir de este capítulo, los Proverbios se presentan como una serie de sentencias inspiradas por la Sabiduría.El primero sirve de introducción general: “El hijo sabio alegra al padre”.