La tendencia de nuestro egoísta corazón es acaparar y retener más de lo necesario (v. 24, 26). Pero, leamos en Lucas 6:38 lo que recomienda el Señor Jesús. El verdadero medio de ser bendecido uno mismo es ocuparse en el bien de los demás. A veces esto desafía la prudencia y la sabiduría humana, pero Dios no tiene la misma aritmética que el hombre. Derriba sus cálculos y sus precauciones. Y las riquezas siempre son una trampa para los que confían en ellas (v. 28; comp. Marcos 10:24; 1 Timoteo 6:17-18). "Ricos en buenas obras": tal debe ser nuestra ambicion, segun este último pasaje.
Sin embargo, existe en el mundo una cosa del más alto valor, la que somos invitados a buscar y a ganar. ¿Qué hay de más precioso que un alma? Para adquirir la nuestra, el Señor “vendió todo lo que tenía” (Mateo 13:44-46). Sí, “el que gana almas es sabio” (v. 30). Dichoso servicio, ¿lo sabemos? Era el del discípulo Andrés (Juan 1:41-43); y puede ser el nuestro también, cualquiera sea nuestra edad y nuestro grado de conocimiento. ¿Qué necesita especialmente el que quiere ganar un alma para el Señor? Precisamente esta sabiduría pronta a aprovechar bien el tiempo (Efesios 5:15-16). Y también el amor, hábil para hallar el camino del corazón (1 Corintios 9:19, 22).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"