El hijo de padres creyentes empieza a adquirir en su familia los rudimentos de la sabiduría según Dios. Discutir, menospreciar o abandonar “la buena enseñanza” oída en casa son actitudes que no pueden ser bendecidas y constituyen el demasiado frecuente punto de partida de vidas perdidas para el testimonio (comp. v. 10 con Éxodo 20:12).
El padre hará notoria tu verdad a los hijos
(Isaías 38:19).
La enseñanza cristiana es la responsabilidad del jefe de familia, quien transmite a sus hijos lo que, a menudo, él mismo recibió de sus propios padres (Salmo 78:4-6). Salomón, el inspirado escritor de los Proverbios, sin duda recuerda las últimas palabras de su padre David (v. 3; 1 Reyes 2:1-3).
Los versículos 11 a 13 nos instruyen en cuanto al andar y los versículos 14 a 19 en cuanto al camino. Se nos describe el camino de los malos para que sepamos evitarlo y emprender firmemente esa “senda de los justos”, la cual es “como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. La sabiduría es un dominio en el cual se progresa poco a poco (comp. Lucas 2:52). Lo que no es normal es detenerse en este crecimiento, lo que es debido a un mal estado de la conciencia. ¡Es de desear que este versículo 18 resuma la vida de cada uno de nosotros!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"