La luz de los justos es alegre (v. 9; comp. Salmo 97:11). La alegría según Dios forma parte del testimonio de los hijos de luz. Un cristiano triste a menudo es un triste cristiano. El humor áspero es como una pantalla que vela todo el resplandor (ver Filipenses 2:15) que un creyente podría despedir.
En contraste, “se apagará la lámpara de los impíos” (v. 9; cap. 24:20). Les falta el aceite, como a las vírgenes insensatas de la parábola (Mateo 25:8), porque la vida del Espíritu para mantener la luz está ausente.
“Por la soberbia no viene más que contienda” (v. 10 V. M.). En general explicamos nuestras disputas por otros motivos. A lo sumo, cada uno sabrá discernir la soberbia en su adversario. Sin embargo, este versículo me abre los ojos. Una contienda manifiesta mi propio orgullo: quiero tener razón; me humilla ceder. Bastará, pues, que yo muestre el espíritu de Cristo para que cese inmediatamente el conflicto y… en el fondo para que consiga la victoria (Mateo 5:39-40; Génesis 13:8-9).
“La enseñanza del sabio es manantial de vida” (v. 14, V. M.). Escuchemos, pues, a aquellos en quienes podemos reconocer esa sabiduría de lo alto. Pero más provechoso aun es andar con ellos (v. 20). ¿A quiénes frecuentamos?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"