1. Tres liberaciones
Romanos
Dios es el Dios bienaventurado. Su propósito es salvar y hacer felices a los que fueron separados de él por el pecado y están hundidos en la miseria. Con este fin realizó el mayor de los sacrificios, por medio de su único y amado Hijo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16).
2. Tres liberaciones
Romanos
A partir de Romanos 5:12 entramos en una nueva división de la epístola, que se extiende hasta el final del capítulo 8. Aquí ya no se trata de lo que hemos hecho de nuestros pecados y del medio de ser liberados de ellos, sino de lo que somos, de nuestro estado en Adán.
Bosquejo de Romanos
Romanos
Como es sabido, hay dos secciones distintas en la parte doctrinal de la epístola a los Romanos.
Bosquejo de Romanos
Romanos
La epístola a los romanos revela los eternos principios de las relaciones de Dios con el hombre, la manera como el creyente –por medio de la muerte y resurrección de Cristo– está introducido en la esfera de bendición y afianzado en ella; luego coordina estas cosas con la peculiaridad de las promesas hechas a los judíos por Aquel cuyos dones y vocación son irrevocables.
El altar de oro
Es allí donde Dios espera recibir el culto de aquellos que justificó por la obra de Su Hijo unigénito. Dicho altar era de madera de acacia recubierta de oro (figura de Cristo, Dios y hombre a la vez).
El Espíritu que mora en nosotros
Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!(Gálatas 4:6).
El fuego extraño
Levítico 10:1
Los siete primeros capítulos del Levítico tratan de los sacrificios que debían ofrecerse según la ley, figuras del sacrificio perfecto del Cordero de Dios, los cuales hacían resaltar los diferentes aspectos del único sacrificio de Cristo.
Introducción al estudio de las epístolas en el Nuevo Testamento
Bosquejo
La palabra “epístola”, que significa “carta”, sirve para designar no solo los 21 libros inspirados del Nuevo Testamento, sino también otros escritos, como la decisión de los apóstoles en Jerusalén (Hechos 15:22-30) y los mensajes a las siete iglesias de Asia (Apocalipsis 2 y 3). En 2 Corintios 3:2-3 el apóstol Pablo dice a los creyentes:
La canasta del adorador
Deuteronomio 26
Para llenar su canasta (Deuteronomio 26) es necesario: 1. Haber “entrado en la tierra”: En Cristo podemos decir que hemos penetrado ya en el cielo; bendecidos “con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”, porque “Dios... nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 1:3; 2:4-6).
La fuente de bronce
Éxodo 30:17-21
Estaba colocada después del altar de bronce y antes del altar de oro. Antes de penetrar en el Santuario, los sacerdotes tenían que lavarse las manos (figura de nuestras obras) en dicha fuente, y asimismo los pies (los cuales se relacionan con nuestro caminar), para que no murieran (Éxodo 30:17-21).
La intercesión de Cristo
Notemos ahora que la intercesión de Cristo solo se ejerce en favor de los creyentes.“No ruego por el mundo, sino por los que me diste”. “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Juan 17:9, 20).
La persona maravillosa del Hijo
A sus redimidos les es bien conocida la persona maravillosa del Señor de gloria, su Salvador y redentor. El buen Pastor dijo: “Conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:14). Sin embargo, Jesús también dijo: Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Mateo 11:27).
Los perfumes del santuario
Éxodo 30:22-38
En el verdadero culto conviene ofrecer a Dios –con un fuego puro– un incienso limpio y santo, es decir, presentarle, por el Espíritu, la excelencia de la persona de Cristo. Al final del capítulo 30 del Éxodo, que trata del altar de oro y de la fuente de bronce, se mencionan el aceite de la santa unión y el incienso aromático (v. 22-38).
Toda la armadura de Dios
Efesios 6:10-20
Amados hermanos, nunca olvidemos que todos los esfuerzos que Satanás multiplica contra nosotros tienen como fin separarnos de las cosas celestiales de Cristo. Satanás trata de interponerse entre nosotros y Cristo, entre nosotros y las cosas celestiales, para que no disfrutemos de ellas o para que perdamos el gozo que nos proporcionan.
¿Cómo realizar hoy lo que es la Iglesia de Dios?
La verdad acerca de la Iglesia o Asamblea de Dios es muy sencilla, como toda la Palabra de Dios, siempre y cuando no intentemos adaptarla a nuestros propios pensamientos.