P. Fuzier

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El creyente no puede perder su salvación

El creyente no puede perder su salvación

Satanás jamás deja descansar al creyente. Sin cesar está en actividad (Job 1:7; 2:2), acusando a los hermanos día y noche ante Dios (Apocalipsis 12:10), procurando hacerlos tropezar o bien intentando turbarlos. Desde el principio, sus medios para efectuar esta obra de destrucción son los mismos. Todavía hoy, con el fin de hacer vacilar la fe, siembra la duda en los corazones y siempre utiliza el “¿Conque Dios os ha dicho?” de Génesis 3:1.

¿Cómo es posible que Dios, siendo amor y conociendo todas las cosas desde la eternidad, sabiendo que un alma no aceptará la salvación, pueda entonces engendrar esa alma para el castigo eterno?

Romanos 9:16

Para responder esta pregunta es necesario tratar brevemente el tema de la elección o de la predestinación, el cual muy a menudo es mal entendido y conduce a algunos a la incredulidad y rebelión contra Dios, o fomenta dudas en otros, como en nuestro lector: ¿Por qué el Dios de amor permite que haya almas en el infierno para sufrir allí eternamente?