Estudio sobre el libro del Levítico
Levítico
Dios es santo, sea cual fuere el lugar desde el que habla. Es santo en el monte Sinaí y es santo en el propiciatorio; pero, en el primer caso, su santidad estaba ligada a “un fuego consumidor”, mientras que en el segundo va unida a la gracia paciente. La unión de la perfecta santidad y de la perfecta gracia es lo que caracteriza a la redención que es en Cristo Jesús, redención que se encuentra prefigurada de diversas maneras en el libro del Levítico.
El holocausto
Levítico 1:1-7
Levítico es un libro cerrado para quien no posee la “llave” divina del mismo. Esta llave es Cristo, a quien hallamos allí en todos los aspectos de su sacrificio y de su sacerdocio.
La ofrenda vegetal
Levítico 2:1-16
Si el holocausto evoca el olor grato de Cristo en su muerte, la ofrenda vegetal corresponde a las perfecciones de su vida como hombre en la tierra.
El sacrificio de paz, fundamento de nuestra comunión con Dios
Levítico 3:1-17
Siempre es la misma obra de Cristo la que presenta el sacrificio de paz. Pero esta vez es considerada bajo el aspecto de la comunión, del gozo y de la paz que proporciona.
Significado del sacrificio por el pecado
Levítico 4:1-12
Si el holocausto nos enseñó lo que a Dios le agradó en la obra de Cristo, el sacrificio por el pecado atañía a las necesidades del pecador.
Somos responsables de los pecados cometidos por ignorancia
Levítico 4:13-26
Si Dios previó un sacrificio por los pecados cometidos por error, ello es la prueba de que el pecador, aun ignorante, es culpable ante Él.
Niveles de responsabilidad, pero todos culpables
Levítico 4:27-35
Quienes deben dar el ejemplo tienen una responsabilidad más grande, expresada por la importancia del animal ofrendado. Pero ante Dios todos los hombres han pecado.
Pecados por omisión o negligencia
Levítico 5:1-13
En el capítulo 5:1-4, se trata de actos cuya gravedad quizá no hubiéramos discernido si la Palabra, divina medida de la conciencia, no los hubiera condenado.
Sacrificio por el delito: corregir un daño
Levítico 5:14-19 – Levítico 6:1-7
Un israelita escrupuloso siempre podía temer que algún pecado cometido por error se le hubiera olvidado. Y apenas acababa de traer un costoso sacrificio cuando una nueva infidelidad podía exigir otro. Hoy día, a pesar de las certidumbres de la Palabra de Dios, muchos cristianos todavía viven con el mismo temor.
Cuatro evangelios, cuatro sacrificios
Levítico 6:8-23
Se ha notado la concordancia que hay entre los cuatro grandes sacrificios y el aspecto bajo el cual cada uno de los cuatro evangelios presenta la obra de Cristo.
Perdón – Paz
Levítico 7:1-21
Quienquiera que tocase la carne del sacrificio por el pecado se volvía santo, mientras que inversamente toda impureza manchaba la ofrenda de paz.
Grasa, sangre, pecho, espaldilla
Levítico 7:22-38
Aarón y sus hijos recibían el pecho mecido y la espalda elevada. Notemos que la comida de los sacerdotes dependía de las ofrendas de paz.
Investidura oficial de los sacerdotes
Levítico 8:1-21
En los siete primeros capítulos consideramos el tema de las ofrendas; ahora llegamos al del sacerdocio.
El carnero de las consagraciones
Levítico 8:22-36
En estos capítulos a menudo se habla de ofrendas mecidas. Hacer girar sobre sí mismo un objeto permite mostrarlo bien bajo todas sus facetas.
Contraste entre el sacerdocio de Aarón y el de Jesucristo
Levítico 9:1-24
Antes de ocuparse de las faltas del pueblo, Aarón tiene que arreglar ante Dios la cuestión de sus propios pecados.
Es difícil mantenerse a la altura de un privilegio
Levítico 10:1-20
Hasta aquí cada detalle había sido ejecutado “como Jehová lo había mandado”. Pero ahora Nadab y Abiú, hijos mayores de Aarón, hacen lo “que a ellos no les había mandado hacer.
Animales puros e impuros (1)
Levítico 11:1-28
En este capítulo se toman en consideración cuatro grupos de animales: cuadrúpedos, peces, aves y reptiles. La distinción entre animales puros e impuros no tiene más que una aplicación espiritual para el cristiano.
Animales puros e impuros (2)
Levítico 11:29-47
Un israelita piadoso se guardaba cuidadosamente de todo alimento impuro o inmundo. Tengamos una conciencia sensible para distinguir entre lo que es espiritualmente puro o impuro.
Heredamos una naturaleza pecaminosa
Levítico 12:1-8 – Levítico 13:1-8
El capítulo 11 nos enseña a velar para no ser contaminados por la impureza exterior. Pero el mal no solo está a nuestro alrededor, también se halla en nosotros.
Diagnóstico, gravedad y progresión de la lepra
Levítico 13:9-28
Para que la lepra fuese diagnosticada, el enfermo debía presentar dos síntomas. El pelo blanco... y la mancha más hundida que la piel.
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