Acerca de la oración
La oración del recién nacido
Cosas útiles para los jóvenes cristianos
1. Estar seguros de su salvación Su única base es la Palabra de Dios; por ello es conveniente memorizar versículos que le refuercen su salvación, por ejemplo: Juan 1:12; 3:16; 5:24. Esto lo librará de las dudas. El diablo tuvo que huir cuando el Señor Jesucristo le dijo: “Escrito está” (Lucas 4:12). 2. Confesar al Señor
El canto en la casa de Dios
Hebreos 2:12 – Efesios 5:18-19
El canto es una parte muy importante en el servicio de la casa de Dios. Los buenos himnos que expresan correctamente los sentimientos propios de los santos son de mucho valor.
El maná en el desierto
Éxodo 16
Nuestro privilegio es alimentarnos de Cristo día tras día, como siendo Aquel que descendió del cielo para dar vida al mundo. Pero si alguno, olvidando su verdadera posición, quiere hacer provisión para mañana, es decir, quiere reservarse la verdad en vez de usarla para renovar sus fuerzas, seguramente esta verdad se corromperá.
El trabajo cotidiano
El trabajo cotidiano constituye, por muy diversos aspectos, una enseñanza continua para el cristiano, por penoso que nos pueda parecer, tanto si se trata de las tares de la mujer en la casa, o del hombre en la fábrica, taller, oficina o campo, si se cumple bajo la mirada de Dios. El trabajo no es el objeto de nuestra vida, sino el medio de subsistencia.
Escudriñando cada día las Escrituras
El “escudriñamiento” da la idea de un propósito definitivo. Muchos leen la Biblia sin provecho, porque hacen esto sin un fin determinado. El lector que no busca nada, nada encuentra. Creo que sacamos más provecho cuando, nuestras almas interesadas en ciertos temas escritúrales y ejercitadas delante del Señor, acudimos a las Escrituras para averiguar si estas cosas son así.
La abogacía de Cristo
Se hace muy a menudo la pregunta siguiente, a saber: «Mas, ¿qué ha de hacerse con los pecados que cometa un creyente después de convertirse? ¿Cómo se deben tratar?».
La caza del mono
Los indígenas indonesios saben que un mono no soltará jamás algo que desea poseer, aun corriendo el riesgo de perder su libertad. Para cazarlo, perforan la cascara de un coco, justo lo suficiente para que el mono pueda introducir la mano. Dejan caer una piedra adentro de la fruta y luego se esconden, provistos de una red.
La oración
Es interesante notar la importancia que las Sagradas Escrituras dan a la oración. El ejemplo del Señor Jesús es digno de meditación detenida.
Libertad cristiana
El estar libre de la ley y bajo la gracia no quiere decir libertinaje. El creyente no ha pasado de la ley a la licencia, ni a la anarquía. Hay un texto en 1 Corintios 9 donde el apóstol dice: “No estando yo sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo”, lo que significa que la ley de Cristo está grabada en nuestros corazones.
Nuestro andar
En la Epístola a los Efesios tenemos en los capítulos 1-3 la posición alta del creyente en Cristo, y de la Iglesia en su aspecto celestial. El capítulo 1 v. 3 nos da las bendiciones del creyente en los cielos; en el capítulo 2 v. 6 vemos la Iglesia sentada en los cielos con Cristo, y en el capítulo 3 v.
Perseveraban en las oraciones
Hechos 2:42
La oración tanto colectiva como en común que hallamos en Mateo 18, está asociada a la promesa del Señor, lo cual le da un gran valor. Por eso no se puede concebir una Asamblea local sin la reunión de oración, tampoco que un creyente no ore individualmente, ya que sería negarse venir a la fuente.
Sobre la oración en publico
“Que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Timoteo 2:8). Cuando oras en la reunión de oraciones, no amonestes ni censures los errores de otros; no enseñes, sino ¡ora! (Orar es la expresión de nuestros deseos con agradecimiento delante de Dios).
Un corazon ancho en un camino estrecho
Por lo general, existe entre los hermanos la tendencia de seguir un camino más ancho, y si el Señor recoge a aquellos que están en la brecha, es de temer que dicha tendencia vaya acentuándose… No nos cansemos de luchar, superar y de tener firme. Las más preciosas bendiciones están prometidas a aquel que vencerá.
¡Amén!
Nunca vamos a poder orar públicamente si no aprendemos a orar privadamente. Necesitamos del ejercicio personal, de la experiencia de largas oraciones elevadas en el lugar secreto, de manera que estemos ejercitados para dirigir la oración pública con inteligencia y con fervor para que los demás puedan decir amén.