El trabajo cotidiano
El trabajo cotidiano constituye, por muy diversos aspectos, una enseñanza continua para el cristiano, por penoso que nos pueda parecer, tanto si se trata de las tares de la mujer en la casa, o del hombre en la fábrica, taller, oficina o campo, si se cumple bajo la mirada de Dios. El trabajo no es el objeto de nuestra vida, sino el medio de subsistencia.