Dios habla hoy

Como Dios habla

En este mundo, donde se oyen tantas voces discordantes y contradictorias, ¿Sabe usted que Dios habla también? Sus Palabras, las encuentra en la Biblia, nombre que quiere decir “el libro”; no es un libro muy notable entre muchos otros, sino que es el único, la verdad, la Palabra de Dios.

La ciencia ha iluminado muchos campos; solo este libro ilumina el campo moral y da las soluciones a los grandes problemas que se plantean al hombre: ¿Por qué la vida? ¿Por qué el sufrimiento, el pecado, la muerte? ¿Y que hay después de está? Por encima de todas las opiniones y tradiciones, solo la Biblia es la autoridad absoluta, porque en este libro es Dios que se dirige al hombre.

“Dios… nos ha hablado por el Hijo” “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído”, “Mirad que nos desechemos al que habla” (Hebreos 1:1-2; 2:1; 12:25).

Por que Dios habla

Precisamente porque él es Dios, y que la inteligencia humana no puede elevarse hasta él por el mero razonamiento. Dios no puede ser conocido por el hombre sino en la medida en la cual él se revela.

La naturaleza habla de un Creador poderoso y sabio. La conciencia habla de un Dios Santo delante del cual el hombre se siente responsable.

Pero para conocer a un Dios Salvador, a un Dios que se interesa por su criatura que la ama, que desea su dicha hacía falta otro lenguaje. Es el que tiene la Biblia. Ella no es, entonces, un sencillo compendio de preceptos morales, otorgando esto, prohibiendo aquello. Tampoco es un manual religioso reservado a gente instruida o a un clero. Si es cierto que incluye capítulos más difíciles de comprender que otros, todo lector de buena fe es capaz de entender su mensaje esencial. ¿Podría uno imaginarse a un Dios que hablara a su criatura en un lenguaje oscuro? ¿No seria injusto si solo reservara la comunicación de su plan de salvación a algunos iniciados?

La Biblia es la revelación del Dios Salvador al hombre pecador.

¿A quién habla Dios?

A usted precisamente, que es a sus ojos un pecador, como todos los hombres. Haga la experiencia de abrir el Santo Libro. Usted verá que su lenguaje es directo, preciso, desplomado para lo que tratamos de esconder, pero tierno y consolador cuando tomamos humildemente nuestro lugar que nos corresponde delante Dios.

La Palabra de Dios es comparada, en la misma Biblia, con un martillo que quebranta la piedra (Jeremías 23:29). “La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos… y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia, antes bien todas las cosas están desnudas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:12-13).

Dios, que le conoce a usted, que le quiere, que le busca, se dirige a usted a través de este libro. Leer la Biblia es escuchar a Dios.

¿Qué es lo que le dice la Biblia?

Dejemos que la Palabra hable por si misma:

“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amos 4:12). “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado ha su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15). “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:7-8).