El porvenir de Rusia
Si leemos a los profetas Daniel, Jeremías y Ezequiel, nos sentiremos conmovidos por la gran diferencia de sus puntos de vista. Como hemos observado, Daniel habla del tiempo comprendido entre la transmigración del pueblo a Babilonia hasta la destrucción de los enemigos a la venida del Señor Jesús en gloria a la tierra. Nos describe los cuatro imperios mundiales que han de dominar sucesivamente a Palestina, dándonos su historia y juicio.
Jeremías y Ezequiel no hablan de estos imperios. Jeremías se ocupa más de la malicia moral, de la idolatría de Judá y nos muestra la restauración completa y la bendición del pueblo. Sobre todo, lo que Dios realizará cuando escriba sus leyes en los corazones de ellos.
Ezequiel, por su parte, trata más bien de la revelación de la gloria de Dios en Israel. En los primeros capítulos empieza con los animales (querubines) que dejan el templo, la ciudad y la tierra. En los capítulos siguientes tenemos el regreso definitivo de Dios para habitar allí para siempre, cuando Jerusalén haya llegado a ser Jehová Shamma, es decir “Jehová está allí”. En el libro de Daniel vimos el tiempo comprendido entre estos dos hechos.
En Ezequiel, capítulos 36 y 37, tenemos la restauración de Israel. El pueblo, que ha regresado a su tierra, lleva una vida nacional propia. Pero no solo esto, sino que el Espíritu de Dios ha obrado en ellos y ha esparcido agua limpia sobre ellos, dándoles un corazón nuevo y un espíritu nuevo (cap. 36:25-28). Les ha dado a David por príncipe, habiendo concertado pacto de paz con ellos, mientras que Judá e Israel han vuelto a fusionarse, formando un solo pueblo (cap. 37:15-28).
Desde el capítulo 40 hallamos la descripción del estado glorioso en que el pueblo se encontrará entonces. El templo y el servicio sacerdotal, la herencia de cada tribu y la bendición que está manando del santuario se hallan extensamente descritos. Pero entre los capítulos 37 y 40 tenemos dos capítulos que tienen un carácter completamente distinto. En ellos tenemos la descripción de la invasión por un príncipe poderoso que reúne muchos pueblos en sus ejércitos. Aquí encontramos al último enemigo de Israel, quien destruirá a este antes de que se produzca la bendición definitiva.
Es una gran confederación norteña de pueblos, el último instrumento, en manos de Satanás, para procurar la destrucción del pueblo elegido, ya restaurado en la tierra bajo la protección del Mesías. La salvación nos lleva al lugar de la bendición de Dios, pero, simultáneamente, nos hace objeto de las agresiones de todo el poder del enemigo (Efesios 6).
¿Cuándo se efectuará esta invasión?
Para comprender bien estos capítulos, hemos de tener en cuenta que David y Salomón son, ambos, figuras del Señor Jesús. David, primeramente, como el que ha sido rechazado y expulsado por su pueblo. Pero también como el que está reinando en medio de sus enemigos, venciéndoles a todos. Luego vemos el gobierno de Salomón como tipo del gobierno pacífico del Señor Jesús en el milenio. Ninguno de sus enemigos se atreve a levantarse contra Salomón.
Así vemos que Gog invade el país cuando el pueblo de Israel habita confiadamente (v. 14). Cuando moran “sin muros y no tienen cerrojos ni puertas”. Como “gentes reposadas” (v. 11).
En tal momento, la lucha del monte de los Olivos –donde el Imperio romano será destruido– ya ha tenido lugar. Y también el rey del Norte, del libro de Daniel, ya ha hallado su fin. Pues ambos son grandes enemigos que serán juzgados primeramente por el Señor, cuando venga del cielo (véase Apocalipsis 19 y Daniel 11). Tan solo después habita Israel en paz, y en este momento viene Gog, con todos sus ejércitos, para conquistar su tierra.
El mismo capítulo nos muestra claramente que esto será en aquel tiempo. El capítulo 38:8 dice que esto acontecerá después de muchos días, al cabo de años; el versículo 16 confirma que Israel ha vuelto a su tierra, después de haber sido dispersado y oprimido, y que la tierra, que estaba desierta, ahora se halla poblada nuevamente; los versículos 11-14, a su vez, nos muestran que el pueblo vive en paz, sin temer peligros, y que Gog lo sabe.
¿Quién es Gog?
Estos dos capítulos dan una contestación muy clara a esta pregunta. En el capítulo 38:6,15 y 39:2 está escrito que viene del Norte, literalmente “del extremo Norte”, y así lo leemos en las traducciones recientes, entre otras la castellana de Nacar-Colunga y las francesas e inglesas de Segond, Darby, Kelly y Grant. Para determinar este lugar tenemos, desde luego, que salir de Palestina. Estos capítulos tratan de Palestina y este país es también el centro de la tierra, o el ombligo de la tierra, como traduce literalmente, en el versículo 12, la versión Reina-Valera de 1909. Entonces no podrá ser otro país que Rusia, pues al Norte de Palestina hay solamente una porción del Asia Menor y después solo el inmenso reino ruso. Además, el príncipe de aquella parte del Asia Menor que se encuentra al Norte de Palestina se llama, en el libro de Daniel, el rey del Norte, y este ya ha sido juzgado en el momento en que se suceden estos acontecimientos (Daniel 11). Se llama a este príncipe, en Isaías y otros lugares, el Asirio.
También los nombres confirman que se habla aquí de Rusia. La palabra que ha sido utilizada por «cabecera» en muchas traducciones (entre ellas la Reina-Valera de 1909) es, en realidad, un nombre propio y debe, pues, quedar sin traducir. Entonces debemos leer: “Gog, príncipe de Ros, Mesec y Tubal”. Las traducciones más antiguas del Antiguo Testamento siguen esta versión, la cual ha sido aceptada también por los mejores estudiosos de la Biblia y hebraístas contemporáneos. En las palabras Ros, Mesec y Tubal reconocemos claramente a los Rusos, Moscú y Tobolsk.1
- 1Tobolsk: ciudad rusa a orillas del río Tobol.
¿Quiénes serán los aliados de Rusia?
Aquí tenemos, pues, a Rusia con sus aliados en los últimos días. Son designados como aliados: persas, etíopes (hebreo: Cus) y libios (descendientes de Fut). Cus y Fut son hijos de Cam, de cuyos descendientes una parte habitó el Eufrates (Génesis 10). Gomer es el progenitor de los celtas. La casa de Togarma son los armenios. Estos son los países que están sometidos a Gog o unidos a él. Por consiguiente, la influencia de Rusia en el Oriente Medio crecerá y los países hasta el Eufrates (vieja frontera del Imperio romano) estarán bajo el dominio ruso. En este sentido es muy notable que, cuando en el Apocalipsis son mencionados los juicios sobre el Imperio romano, se dice en el capítulo 16:12 que el Eufrates se seca “para que fuese preparado el camino a los reyes del oriente”.
¿Qué carácter tendrá Rusia?
Del Imperio romano hemos visto que su característica fue la enemistad contra Dios y la blasfemia contra su Nombre. Según estos capítulos, Rusia se caracteriza por otros rasgos. Advertimos una gran rapacidad (cap. 38:13) y una desatención completa hacia Dios.
Cuando esta invasión tiene lugar, el Señor Jesús ha descendido ya para juzgar. Ha destruido al Imperio romano y al rey del Norte, vasallo de Rusia. Sin duda, Rusia lo sabe. Pero Rusia no toma en cuenta a Dios, Jehová.
Según la Escritura, habrá en el tiempo del fin dos grandes masas de pueblos, enfrentadas la una a la otra, es decir, el Imperio romano y la confederación norteña, de la cual Rusia tiene la dirección. Al describir los ejércitos de estos grupos, la Escritura enumera a todos los hijos y nietos de Noé. Cabe, pues, dejar sentado que no habrá un tercer poder equivalente en la tierra.
Hasta aquí la situación política permanece en equilibrio, porque ambos poderes son iguales. El Imperio romano es poderoso, no solo por sus grandes ejércitos, sino, sobre todo, por sus hábiles capitanes. Estos pueden realizar milagros y aun hacer descender fuego del cielo (Apocalipsis 13:13). Pero Rusia es poderosa por sus grandes ejércitos y masas de hombres. Esto prueba, por ejemplo, el hecho de que en Apocalipsis 19 solamente las aves son llamadas para comer, cuando los ejércitos de Europa occidental han sido destruidos. Mientras que, cuando Rusia es destruida, son llamadas “las aves y toda bestia del campo” (Ezequiel 39:17).
Rusia oye que los ejércitos de Europa occidental han sido destruidos y piensa que ahora el dominio mundial le corresponde. ¿Y en dónde podrá tomar su posesión si no es en el Oriente Medio, donde está el centro de la tierra? ¡Allí donde mora también un pueblo rico y sin medios de defensa!
¡El juicio sobre Rusia!
Rusia no toma en cuenta la presencia de Jehová, pero lo notará a costa de su ruina, cuando venga al país. El ejército poderoso será destruido de una manera ultrajante. Los ejércitos pelearán uno contra otro, siendo destruidos por las enfermedades y las fuerzas del cielo y de la tierra. El Señor ni siquiera la estima digna de un juicio personal, como lo había efectuado contra el Imperio romano y el rey del Norte.
Es notable que Jehová acentúe que él mismo atrae a Gog a Palestina. Pero esto no sucede en oposición a la voluntad de Gog. En los versículos 9-12 consta claramente que los propios pensamientos de Gog son el móvil de su asalto. Pero de los versículos 4, 7, 8 y 39:2 aparece claro que Dios deja surgir tales pensamientos en su corazón para juzgarle.
Dios conoce la historia de Rusia y cuántas atrocidades e iniquidades han tenido lugar allí, y no las olvida. Como está escrito en otro lugar que Dios juzgará al pueblo de Israel porque sirvió a los ídolos durante su peregrinación por el desierto hace 3.500 años, de igual manera juzgará Dios a Rusia por lo que habrá acontecido en su historia hasta aquel momento. El versículo 8 dice que Dios visitará este país; es decir, juzgará las cosas que allí habrán sucedido.
Hallamos igual pensamiento en un gran acontecimiento de la historia de Israel, que es una prefiguración de lo que aquí tenemos. En Egipto fue puesto de manifiesto, en medio de las plagas y por la Pascua, que el pueblo ocupaba, respecto a Jehová, un lugar de gracia especial, aunque fuesen pobres y estuvieron oprimidos bajo esclavitud. Cuando Faraón rehúsa dejar marchar al pueblo, mostrándose continuamente en desobediencia a la Palabra de Dios, Dios endurece su corazón con el mismo fin que aquí se indica en el capítulo 39:7, a saber, para demostrar su poder y gloria en el juicio contra todos los que se le oponen.
El juicio que nos narran los últimos versículos del capítulo 38 es terrible, pero no se halla solo limitado al ejército. También Rusia misma y los países de sus aliados sufrirán el juicio de Dios. “Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las islas; y sabrán que yo soy Jehová” (cap. 39:6).
La grandeza y el poder del ejército surgen claramente del capítulo 39. Durante siete años los israelitas podrán hacer uso de la madera de las armas como combustible, de modo que no tendrán necesidad de usar otra leña. Todo el pueblo necesitará siete meses para enterrar los cadáveres y aun entonces el trabajo no estará terminado. Los sepulcros serán tan numerosos que el paso por un valle entero será por ellos obstruido. Y como recuerdo de este juicio de Dios y de la salvación efectuada por Jehová, será llamado valle de Hamón-gog, es decir: «El valle de la multitud o muchedumbre de Gog».
Hay que distinguir bien esta historia de la alusión a Gog y Magog en Apocalipsis 20. Aquí es después del milenio, o sea mil años después de la época de Ezequiel 38 y 39. Aquí Gog no es una persona. A mi juicio se utilizan aquí los nombres de Gog y Magog para dar únicamente una idea de las masas innumerables que se indican en Apocalipsis 20:8.