El último día de la fiesta

Juan 7:37-53

Los capítulos 6 y 7 del evangelio de Juan hacen pensar en los capítulos 16 y 17 de Éxodo. En el capítulo 6 Jesús se presenta como el verdadero Pan venido del cielo, del cual el maná era una figura. En el pasaje de hoy, Jesús es como la peña del capítulo 17 de Éxodo, de la cual el agua viva brota en abundancia. En Isaías 55 el profeta invita a “todos los sedientos” a venir a las aguas de la gracia. Pero aquí es el Salvador mismo quien alza la voz: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (v. 37). Y el creyente, lleno del Espíritu Santo, llega a ser un canal para la bendición de los demás (v. 38).

Desgraciadamente, como única repuesta la gente entabló nuevas discusiones. Esto nos hace pensar en un grupo de personas sedientas que en presencia de una fuente de agua pura se pone a discutir sobre la composición química del agua o sobre su origen, en vez de disfrutar de ella.

El final del capítulo menciona dos testimonios más dados ante los fariseos en favor del Señor. Los alguaciles enviados para prender a Jesús se vieron obligados a reconocer que Sus palabras no eran humanas: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”. Luego Nicodemo, quien había tenido con él una conversación personal e inolvidable (cap. 3), abogó tímidamente a favor de Jesús.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"