El verdadero motivo del gozo

Lucas 10:10-24

Jesús se dirigió solemnemente a las ciudades en las que había enseñado y realizado tantos milagros. Hizo énfasis en la gran responsabilidad de sus habitantes. ¿Qué podría él decir hoy de tantos jóvenes criados en familias cristianas, tan privilegiados, pero también tan responsables?

Los 70 volvieron gozosos. El hecho de que sus discípulos hubieran arrojado fuera a los demonios dirigió los pensamientos del Señor hacia el momento en que el propio diablo será echado del cielo y arrojado a la tierra (Apocalipsis 12:9). Pero Jesús invitó a sus discípulos a regocijarse por otro motivo: los cielos, purificados de la presencia de Satanás, pasarían a ser su morada. Y ya desde entonces, sus nombres estaban escritos en los cielos. A su vez el Señor se regocijó y se maravilló, no del poder que había sido ejercido, sino de los designios del Dios de amor. Agradó al Padre hacerse conocer por medio del Hijo. Y, en contraste con lo que generalmente decimos a los niños: «Cuando seas grande comprenderás esto o aquello», ¿a quién precisamente fue hecha una revelación semejante? ¡A los niños y a los que se les parecen por la humildad y sencillez de su fe! ¿Cumplimos nosotros con estas condiciones?

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"