Una escena solemne

Lucas 22:39-53

Este solemne relato de la escena del Getsemaní contiene detalles que únicamente hallamos en el evangelio de Lucas. Vemos a Jesús de rodillas (v. 41); y un ángel se le apareció para fortalecerlo (v. 43). Se hallaba en la angustia del combate y sabemos con qué enemigo tenía que vérselas. ¡Era un combate tan intenso que en cierto momento su sudor se transformó en grandes gotas de sangre! Pero esta misma angustia demuestra su perfección. A menudo el mal causa poca impresión en nuestros corazones endurecidos, pero para el Hombre santo por excelencia, el pensamiento de llevar el pecado lo llenaba de horror y terror.

Después Jesús vino a sus discípulos y los halló durmiendo. Así como habían estado cargados de sueño en la montaña, en presencia de su gloria (cap. 9:32), lo estaban aquí ante su sufrimiento. Él les había enseñado a pedir: “No nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (cap. 11:4; Mateo 6:13). ¡Pero ellos no habían orado así en la hora en que el enemigo se aproximaba!

Entonces llegaron Judas y la tropa que lo acompañaba. Es maravilloso ver al Señor, que unos momentos antes atravesaba el más terrible de los combates, ahora mostrar ante los hombres una paciencia, una gracia (v. 51) y una calma perfectas.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"