Algunos dicen que nosotros –la Iglesia– no somos la Esposa, sino solamente Israel. ¿Es esto correcto?
No, tal afirmación es incomprensible si leemos atentamente la Palabra de Dios y no introducimos nuestros propios pensamientos; pues en este punto la Palabra esta más que clara. La Esposa (Efesios 5:25-33) es presentada en Apocalipsis 21:2 y 9 como “descendiendo del cielo”. ¿Acaso se puede decir que se trate de Israel? ¡Israel no puede descender del cielo!
En 2 Corintios 5:21 leemos: “… para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” ¿Cuál es el verdadero significado de estas palabras?
2 Corintios 5:21
Estas palabras documentan que el hombre no posee ninguna justicia en sí mismo, y que Dios quiere regalársela, a saber, precisamente la que está en Cristo Jesús. Dios dio a su Hijo, el cual no conoció pecado, y le hizo pecado.
En Génesis 4:4 leemos que Dios miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a su ofrenda. ¿No hay cierta injusticia en ello?
Génesis 4:4
Dios mira el corazón y justifica a aquel que es de la fe (Romanos 3:26). Abel manifestó su fe al matar un cordero, proclamando así que solo podía ser justificado por la sangre de un sustituto. Caín no lo había comprendido. El trajo el producto del sudor de su rostro, y Dios no pudo aceptarlo.
En Juan 7:38: dice el Señor: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. ¿Qué quiere decir el Señor con estas palabras?
En primer lugar, quiere decir que Cristo es el cumplimiento de todo lo que se ha dicho y prometido en el Antiguo Testamento. Luego que la fe debe apoyarse no solamente sobre partes, sino sobre toda la Sagrada Escritura, para que la plena bendición de Dios sea derramada sobre el creyente. Quien cree en el Señor Jesús recibe el Espíritu Santo, y a este Dios no lo da por medida (Juan 3:34).
Explíqueme, por favor, lo que significa “y tu casa” en Hechos 16:31, puesto que la salvación es una cosa completamente personal.
Muchas veces se pasa por alto la respuesta completa de Pablo y Silas al carcelero de Filipos: “Cree en el Señor Jesucristo, y será salvo, tú y tu casa”. La última parte de la frase debería ser considerada por todos los padres creyentes. Naturalmente se trata de una promesa condicional, porque nadie puede salvarse sin la fe personal en el Señor Jesucristo.
¿Cómo he de imaginarme el “Milenio”?
El milenio es caracterizado especialmente por el hecho de que Cristo como Rey y Mesías morará sobre esta tierra, en medio del renovado pueblo de Israel y en medio de la creación renovada.
¿Cómo se debe entender Levítico 13:13 donde leemos: “Y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio”?
La respuesta seguramente no es fácil. De todos modos, parece que el significado espiritual tiene suma importancia.
¿Cómo se entiende Génesis 4:16-17: “Caín edifico una ciudad”?
Génesis 4:16-17
Debemos tener en cuenta que la familia de Caín se multiplicó muy pronto. “Cuidad” seguramente significa más bien una población permanente, en contraste a la vida nómada. Evidentemente Caín trató de escapar, en rebelión, y obstinación a la maldición de Dios, que había dicho: “Errante y extranjero serás en la tierra” (Génesis 4:12).
¿Cuál es el significado de la parábola de las diez vírgenes?
Mateo 25:1-13
Aunque muchos afirmen que se trata de judíos, tenemos que decir que tenemos que ver en las diez vírgenes la cristiandad. Si se tratase de Israel, sin duda serían doce vírgenes, lo que correspondería a las doce tribus de Israel.
¿Hay que distinguir entre el “reino” y la “Iglesia”?
Ciertamente, y creo que la diferencia es importante. El “reino” abarca la futura manifestación del poder y de la autoridad del Señor, ante todo en sus relaciones con Israel y con la creación (1 Corintios 15:24; 2 Pedro 1:16-17; Salmo 145). Sin embargo, la “Iglesia” abarca a todos los que se salvan en la actualidad.
¿Podría usted darme una breve comparación de las dos venidas del Señor?
La clave para entender estas dos venidas la encontramos en 1 Tesalonicenses 4:17 y en Zacarías 14:4. En la primera porción tenemos una clara presentación de la venida del Señor para los suyos. En cambio, la segunda nos muestra su aparecimiento sobre el monte de los Olivos, y allí vendrá con los suyos.
¿Podría usted darme una definición de los dos términos “pecado” y “pecados”?
Los “pecados” son lo que hayamos hecho, el “pecado” es lo que somos. Cristo murió por nuestros “pecados”, y yo he muerto al “pecado” en Cristo. Los “pecados” me fueron perdonados, pero el “pecado” no puede ser perdonado; Dios no puede sino juzgarlo. El hecho de que he nacido como pecador no me debe ser perdonado, sino que necesito ser librado de este estado. Y lo soy en Cristo.
¿Podría usted darme una explicación exacta de las palabras “pecado” y “pecados”?
Los “pecados” son lo que hemos hecho, mientras que el “pecado” es lo que somos. Cristo murió por nuestros “pecados”, y en Cristo he muerto al “pecado”. Los “pecados” me han sido perdonados, sin embargo, el “pecado” no puede ser perdonados; Dios solamente puede juzgarlo.
¿Se puede deducir de Hebreos 9:28 que habrá creyentes que no tendrán parte en el arrebatamiento o rapto?
Hebreos 9:28
¡No! La Esposa de Cristo, la Iglesia, es una e indivisible. Este versículo no habla de ninguna manera de una selección. Por primera vez nuestro Señor apareció aquí en la tierra para cumplir la obra de la redención y por segunda vez aparecerá para llevar a la casa del Padre a todos los que aceptaron su obra por la fe.
¿Se salvan los niños fallecidos temprano de la misma manera como los adultos?
Nadie, ni los niños ni los ancianos, puede salvarse, sino únicamente sobre la base de la obra expiatoria de nuestro gran Salvador Jesucristo. En Mateo 18:1-14, el Señor habla acerca de eso. Dice a los discípulos: “Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”.