Algunos dicen que nosotros –la Iglesia– no somos la Esposa, sino solamente Israel. ¿Es esto correcto?

No, tal afirmación es incomprensible si leemos atentamente la Palabra de Dios y no introducimos nuestros propios pensamientos; pues en este punto la Palabra esta más que clara. La Esposa (Efesios 5:25-33) es presentada en Apocalipsis 21:2 y 9 como “descendiendo del cielo”. ¿Acaso se puede decir que se trate de Israel? ¡Israel no puede descender del cielo! El carácter de Israel es exclusivamente terrestre. Es cierto que Israel en el Antiguo Testamento también es llamado una esposa, pero en el Nuevo Testamento se habla de la Esposa celestial, y ésta solamente puede ser la Iglesia, comprada por la sangre de Cristo.