Muchas veces se pasa por alto la respuesta completa de Pablo y Silas al carcelero de Filipos: “Cree en el Señor Jesucristo, y será salvo, tú y tu casa”. La última parte de la frase debería ser considerada por todos los padres creyentes. Naturalmente se trata de una promesa condicional, porque nadie puede salvarse sin la fe personal en el Señor Jesucristo.
En Efesios 6:4 el apóstol exhorta a los padres creyentes a criar a sus hijos “en disciplina y amonestación del Señor”. Si los padres crían a sus hijos en el Señor, y si el padre y la madre creyentes viven conforme a la exhortación de las Escrituras (Efesios 5:22-23), entonces podemos tener la seguridad de que nuestros amados familiares, “nuestra casa”, tarde o temprano llegarán a creer en el Señor Jesús, y serán salvos.