Debemos tener en cuenta que la familia de Caín se multiplicó muy pronto. “Cuidad” seguramente significa más bien una población permanente, en contraste a la vida nómada. Evidentemente Caín trató de escapar, en rebelión, y obstinación a la maldición de Dios, que había dicho: “Errante y extranjero serás en la tierra” (Génesis 4:12).
Al mismo tiempo con la edificación de la cuidad los hombres trataban de hacerse la vida agradable. Los sonidos graciosos de flauta y arpa debían ahogar la conciencia acusadora por causa de la sangre de Abel; también hubo artífices de toda obra de bronce y de hierro –en pocas palabras– en la familia de Caín encontramos el principio del arte, de la ciencia y de la cultura. ¿Y las generaciones siguientes, incluso la nuestra? “Han seguido el camino de Caín” (Judas 11); el camino del hombre sin Dios.