Estas palabras documentan que el hombre no posee ninguna justicia en sí mismo, y que Dios quiere regalársela, a saber, precisamente la que está en Cristo Jesús. Dios dio a su Hijo, el cual no conoció pecado, y le hizo pecado. El murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos y exaltado hasta la diestra de Dios, porque había glorificado a Dios por su obediencia hasta la muerte. La gloria que él ahora posee arriba, como Hombre, testifica a todos los principados y potestades en los cielos la justicia de Dios. En base a la obra expiatoria del Dios Salvador ahora somos vinculados con él, de modo que hemos sido hechos justicia de Dios. ¡Qué gracia más maravillosa!
En 2 Corintios 5:21 leemos: “… para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” ¿Cuál es el verdadero significado de estas palabras?
2 Corintios 5:21