Comunión, servicio, adoración

Juan 12:1-19

En el hermoso cuadro de los 3 primeros versículos están representados distintos aspectos del culto (la reunión de adoración): la presencia del Señor, la comunión, el testimonio, el santo servicio y la alabanza. No se trata de una fiesta en honor a Lázaro, pues Jesús era el centro de esa reunión: “Y le hicieron allí una cena”. El único título dado a Lázaro para estar a la mesa con él fue el de un muerto que había recibido una nueva vida (el caso de todos los redimidos). Ese hombre no hizo ni dijo nada que sea mencionado, sencillamente estaba allí vivo; su presencia bastaba para contar lo que el Señor había hecho por él. Marta servía; su actividad en aquel instante era perfectamente adecuada, en contraste con Lucas 10:40. María derramó el perfume de “mucho precio” –también para el corazón del Señor– que llenó toda la casa, figura de la adoración que expresan de común acuerdo los redimidos agradecidos. El incrédulo menosprecia este culto porque, en el fondo, adora a otro dios: el dinero (v. 6).

El versículo 10 nos muestra a Lázaro asociado al Señor como objeto del odio de los hombres. Luego asistimos a la entrada solemne del rey de Israel en la ciudad real de Jerusalén, precedido por la reputación muy efímera que le valió su gran milagro.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"