Infancia de Jesús en Nazaret

Lucas 2:39-52

Este pasaje tiene una importancia particular: es la única ojeada que Dios ha juzgado conveniente darnos a conocer sobre la infancia y juventud del Señor Jesús. Por lo tanto tenemos aquí, especialmente para los jóvenes y los niños, el Modelo por excelencia. Fue perfecto en sus relaciones con su Padre celestial, cuyos “negocios” eran la prioridad de su vida. También fue perfecto en su contacto con los doctores de la ley: infinitamente más sabio que todos ellos, no les enseñaba, sino que los escuchaba y les preguntaba, única actitud que convenía a su edad. Igualmente perfecto en sus relaciones con sus padres: estaba sujeto a ellos, aclara el versículo 51, para que no pensemos que se había escapado por insubordinación. Él, que tenía conciencia de su soberanía como Hijo de Dios, se sometió a una absoluta obediencia a sus padres.

Finalmente subrayemos la asiduidad de Jesús en el templo y su precoz interés por las verdades divinas. Nada más lo atraía en la célebre ciudad de Jerusalén, la que probablemente visitaba por primera vez. ¿Qué importancia damos nosotros a la presencia del Señor y a sus enseñanzas?

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"