Los apóstoles que volvieron junto al Señor estaban muy ocupados con lo que habían hecho, y deseaban contarlo. El Maestro sabía que en ese momento ellos necesitaban un poco de descanso, y ya lo había preparado para que lo disfrutaran “aparte” con él. Nosotros, que invocamos tan fácilmente la necesidad de descansar, consideremos algunas de las condiciones en las cuales los discípulos gustaron ese reposo: 1. Siguió a una actividad para el Señor. 2. Solo se trató de un poco de descanso, pues la tierra no puede ofrecer nada duradero (véase Miqueas 2:10). 3. Fue tomado “aparte” del mundo, separado de las distracciones que este ofrece. 4. Lo disfrutaron junto al Señor.
¡En efecto, fue un descanso de corta duración! Las multitudes ya se reunían a su alrededor. Jesús alimentaría primero sus almas y luego sus cuerpos (Mateo 4:4); pero antes pondría a prueba a sus discípulos. Estos acababan de contar todo lo que habían hecho. Pues bien, era el momento de probar su capacidad en lugar de querer despedir a la gente. “Dadles vosotros de comer”, les dijo Jesús, para hacerles ver que todo poder viene de él. Al mismo tiempo los asoció en gracia a su gesto de bondad. Una vez más vemos los rasgos de sabiduría, poder y amor brillar juntos en el Siervo perfecto.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"