Los acontecimientos anunciados en estos versículos conciernen a Israel y solo se producirán después del arrebatamiento de la Iglesia. Pero para mostrar que ellos son las consecuencias de su rechazo en los capítulos precedentes, el Señor se dirigió a sus discípulos como si su generación debiera atravesar este terrible período. En realidad, cuando el anticristo seduzca a las naciones, profane el templo (v. 15) y persiga a los fieles, los cristianos de la actual dispensación ya no estarán en la tierra. Así pues, todas las advertencias y estímulos dados aquí no nos conciernen directamente. Pero Jesús mismo tiene gran interés por las cosas que antecederán a su venida en gloria (v. 30). Piensa con profunda simpatía en los fieles que sufrirán en aquel entonces. Supone también que aquellos a quienes llama sus amigos comparten este interés, esta simpatía (Juan 15:15). Hablarnos anticipadamente de esto (v. 25) constituye una gran muestra de confianza y amor de su parte (comp. Génesis 18:17). ¿No es esa una razón suficiente para tratar de comprender estos temas de la profecía? Y además, es una fuente de exhortaciones provechosas en todos los tiempos y para todos los testigos del Señor. Exhortaciones como por ejemplo: perseverar (v. 13), orar (v. 20) y velar (v. 42).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"