Dar al rey de Tiro ciudades que formaban parte del país de Israel fue una falta grave de parte de Salomón. Asimismo nosotros los cristianos podemos abandonar, en provecho del mundo, una porción de nuestra herencia. Por ejemplo, veamos la manera en que empleamos el día domingo. Quizás uno se prive de asistir a una reunión para agradar a un amigo o a un pariente. Estemos seguros de que tales concesiones son una pérdida tanto para el uno como para el otro. ¿Cómo podríamos llevar a alguien a buscar las verdades divinas y los privilegios cristianos, si nosotros mismos mostramos que hacemos poco caso de ellos? ¡Veamos el caso de Hiram! Ni siquiera aprecia el gesto de Salomón.
El final del capítulo nos muestra al rey como sabio administrador, fortaleciendo y organizando su reino. Por un lado, está en relación con Jehová (v. 25) y por otro, con los diferentes pueblos que lo rodean. Por primera vez, desde los tiempos de Josué, todos los cananeos son sometidos. Acordémonos de que son una figura de los enemigos de nuestras almas. Los enemigos de mi alma ¿están en libertad o hallé en Cristo la fuerza que puede sojuzgarlos?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"