Tan profundo es el amor de Jonatán por David como violento el odio de Saúl por él. Esto comienza con la irritación (v. 8) acompañada de celos, luego el deseo de asesinato llena su corazón; el odio aumenta: una primera tentativa de matar a David será seguida por muchas otras en los próximos capítulos. Esto es exactamente lo que la Escritura llama “el camino de Caín” (Judas 11). Este empezó por estar muy irritado… y terminó por matar a su hermano. Irritación y celos son, pues, nada menos que los primeros pasos en ese terrible camino (Santiago 3:14; 4:1).
El rey había prometido su hija al que venciera al filisteo. Pero no cumple su palabra (v. 19). Luego, valiéndose de su hija menor, Mical, procura hacer caer a David en las manos de sus enemigos. Sin embargo, habría podido sospechar que el vencedor de Goliat triunfaría aún más fácilmente sobre filisteos menos temibles que aquel. Además, conoce el secreto que da la fuerza a David y es precisamente lo que le asusta: “Jehová estaba con él” (v. 12, 14, 28). “No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”, confirma David en el Salmo 23:4.
¿Conocemos este secreto? ¿Hemos experimentado el aliento que puede darnos? (2 Timoteo 4:17).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"