Abraham de luto

Génesis 23:1-20

Un sepulcro es todo lo que Abraham poseerá de ese país de Canaán que, sin embargo, le ha sido prometido. Al comprar el campo y la cueva de Macpela para enterrar a Sara, el hombre de Dios confirma su firme espera de la resurrección. Para él, Sara vive una vida divina. Es necesario, pues, asegurarse todos los derechos sobre el lugar donde será depositado su cuerpo que debe resucitar. La totalidad del precio pagado por la cueva y por el campo nos recuerda los derechos adquiridos definitivamente por la cruz de Cristo, la derrota de la muerte, la certeza de la próxima resurrección de todos los creyentes.

Así como en el capítulo 14 lo hemos visto rehusar la propuesta del rey de Sodoma, aquí también se niega a ser deudor de quienquiera que sea. Insiste en pagar el valor del campo, sin regatear. Un cristiano se da a conocer en todas sus relaciones con la gente del mundo por su rectitud y su perfecta honradez. En el Nuevo Testamento somos exhortados a no deber nada a nadie (es decir, no contraer deudas sin tener garantía – Romanos 13:8), a “que os conduzcáis honradamente para con los de afuera” (1 Tesalonicenses 4:12), y aun a procurar “hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor sino también delante de los hombres” (2 Corintios 8:21; ver también Romanos 12:17).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"