El Señor observa

Lucas 14:1-14

Nuevamente encontramos al Señor en la casa de un fariseo. Y allí fue una vez más el objeto de una abierta malevolencia. Lo observaban disimuladamente (v. 1) para ver si lo sorprendían en alguna falta sobre la cuestión del sábado. Pero Jesús curó al hombre hidrópico y, como en el capítulo 13:15, cerró la boca a sus adversarios. Luego fue Él quien los observó (v. 7). Su mirada, a la cual nada puede escapar, percibió cómo se esforzaban por ocupar los primeros puestos en la mesa. Así sucede en el mundo. Se trata de ganar los más grandes honores o los mejores bocados. Pero nosotros los cristianos siempre estaremos más felices en el último lugar, porque es ahí donde encontraremos a Jesús. En efecto, no es necesario preguntarnos desde qué lugar el Señor hizo estas observaciones, pues el fariseo no parecía haber estado dispuesto a ofrecerle un lugar distinguido.

Si Jesús tuvo una lección para los convidados, también tuvo una para el dueño de casa. A los primeros les enseñó a escoger su lugar, al segundo le enseñó a escoger sus invitados. El señor siempre quiere hacernos examinar el motivo que nos hace obrar. ¿Es con vistas a obtener ventajas u honores o es el amor que se complace en la abnegación por él?

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"