Gedeón goza ahora de la paz interior, sin desconocer, al mismo tiempo, los combates que se van a desatar. En primer lugar, es necesario que asuma una posición clara en la casa paterna. ¿Dónde comienza nuestro testimonio? En casa, en nuestra familia, mostrando a los que mejor nos conocen el cambio que Dios ha operado en nosotros (Marcos 5:19). En muchos casos tal toma de posición causa realmente el gozo de nuestras familias. Pero, para muchos jóvenes convertidos en los países totalitarios o musulmanes, por ejemplo, acarrea consecuencias terribles.
Es evidente que Gedeón, antes de obedecer, sufrió muchas angustias en su espíritu, pues sabía a qué riesgos se exponía (v. 30) aun obrando de noche. Pero Dios lo protege, cambiando las disposiciones de Joás, y las de los hombres de la ciudad.
Después de haber obrado en Gedeón, Jehová puede también obrar por medio de él. Su trompeta reúne a los combatientes. ¡Pero vea usted!, todavía le falta confianza. Necesita una señal y Jehová consiente en dársela: es la doble señal del vellón. Dios siempre es paciente para con nosotros y nos muestra claramente su voluntad si se lo pedimos con rectitud.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"