Importancia de la lectura pública de la Palabra

Deuteronomio 31:7-18

Después de exhortar a todo Israel a fortalecerse y a mantenerse firme (v. 6), Moisés dirige las mismas palabras a Josué (v. 7). La fuente del ánimo era la misma en ambos casos:

Jehová tu Dios es el que va contigo… él estará contigo.

Moisés redactó la ley, pero es necesario que sea leída. Por lo tanto da una última instrucción relativa a la lectura habitual de los mandamientos divinos ante todo Israel reunido: hombres, mujeres y niños. ¿Con qué propósito?

Para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley.
(v. 12)

Por estos mismos motivos nos reunimos como asamblea y leemos y meditamos la Palabra de Dios. El versículo 12 nos muestra que los niños también tienen su sitio juntamente con los padres. No descuidemos estas reuniones “como algunos tienen por costumbre” (Hebreos 10:25).

¿Por qué, después de haber prometido no abandonar a Israel (v. 6), Jehová le anuncia:

Los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro?
(v. 17)

Porque el pueblo abandonará a su Dios y quebrantará su pacto (v. 16 final). Sin embargo, por boca del profeta Oseas se formulará una última promesa:

Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia.
(Oseas 14:4)

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"