La gracia de Dios guarda algunas “cosas secretas” (cap. 29:29), de las cuales se ocupa este capítulo. «Dios no solo recogerá, multiplicará y obrará con poder en favor de Israel, sino que ejecutará en él una poderosa obra de gracia mucho más valiosa que cualquier otra prosperidad exterior» (C.H.M.). En un tiempo futuro, Dios actuará sobre el corazón de su pueblo para producir en ellos la obediencia y el amor hacia él (Hebreos 8:10). Desde hace mucho tiempo lo está invitando:
Si te volvieres… vuélvete a mí.
(Jeremías 4:1; léase Oseas 14:1-2)
Pues bien, ¡todo ese laborioso trabajo no será en vano!
Y tú volverás…
(v. 8)
El capítulo 10 de Romanos cita los versículos 11-14 aplicándolos a “todo aquel que en él creyere”. Cristo, la Palabra viviente, vino desde el cielo, lugar al cual el hombre no podía subir, a fin de revelarnos el corazón de Dios, quien quiere que todos los hombres sean salvos (1 Timoteo 2:4). Amigo, no diga que esta salvación es demasiado maravillosa y usted demasiado miserable (v. 11). Por muy lejos que usted esté, Jesús está cerca de usted. ¡Ábrale ahora mismo su corazón!
En cuanto a nosotros, cristianos, no olvidemos que si la Palabra está en nuestra boca o en nuestro corazón, es para que lleve fruto, para que sea puesta en práctica (v. 14; léase Juan 13:17).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"