Ahora para Israel es cuestión de escuchar, aprender y poner en práctica los estatutos y las ordenanzas de Jehová (v. 1). Verbos muy significativos para cada uno de nosotros en relación con las Escrituras enteras. A la cabeza de las instrucciones dadas a Israel está naturalmente la ley.Esta pone en evidencia, por una parte, la perfección de Cristo, quien la cumplió en su totalidad, y, por otra parte, la maldad del hombre, que es capaz de hacer todo lo que ella prohíbe (léase 1 Timoteo 1:9). Si Dios tiene que decir: “No matarás… no hurtarás”, es porque estas inclinaciones hacia el mal están en nosotros. Por eso la ley tiene, sobre todo, un carácter negativo. No recalca: “harás”, sino: “no harás”. La vida cristiana también conlleva unas abstenciones y prohibiciones. En 1 Pedro 1:14 y 2:1, 11 se exhorta al hijo de Dios a que rechace toda malicia, engaño, hipocresía, envidia, que se abstenga de las codicias carnales… Pero el cristianismo también es rico en mandamientos positivos, ya que el creyente posee una vida nueva capacitada para cumplirlos. Y si Dios nos exige apartarnos de las diversas codicias, es porque nos ha dado una persona, al Señor Jesucristo, quien es apto para satisfacer nuestros corazones, lo que la ley no hacía.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"