La cristiandad, aún más responsable que Israel, no ha respondido mejor que este pueblo a lo que se esperaba de ella. Desde los tiempos apostólicos, su decadencia está anunciada. Pero en medio de la ruina de la Iglesia profesante, Dios tiene trazado un sendero para el creyente: la obediencia individual. Notemos que al hablar de la decadencia lo expresa en plural: vosotros (v. 25-28). He ahí lo que haréis como conjunto responsable. Pero para el avivamiento (v. 29-31) lo hace en singular: tú. Incumbe a cada cual oír esa voz que se dirige a él personalmente. Así habló Pablo a Timoteo en los días aciagos de su segunda epístola. Dijo: Esto ha llegado a ser la cristiandad en su conjunto,
Pero persiste tú en lo que has aprendido.
(2 Timoteo 3:14)
Dios se esmera en recordarnos lo que hemos “aprendido”. “Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis…”, escribe Pedro (léase 2 Pedro 1:12-13; 3:1-2). No nos sorprendamos al hallar en la Biblia numerosas repeticiones. En Deuteronomio encontramos muchas, empezando por la ley misma, la cual se vuelve a dar en el capítulo 5 y justifica el nombre de este libro (Deuteronomio significa reiteración de la ley o segunda ley).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"