El Evangelio es para todos

Hechos 10:25-48

Dios emplea distintos medios para que las almas aprendan a conocerlo. La conversión del etíope (cap. 8), la de Saulo (cap. 9) y la de Cornelio(cap. 10) no se parecen. En estos tres hombres distinguimos a los descendientes de los tres hijos de Noé (Génesis 10). Cam: las razas africanas y asiáticas; Sem: Israel y ciertos pueblos orientales; Jafet: las naciones del norte y del occidente. “Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”. Tal es, en adelante, el mensaje universal dirigido a todo linaje, lengua, pueblo y nación (v. 43; Apocalipsis 5:9). En la persona de Cornelio, los que estaban “lejos” oyeron a su vez “el evangelio de la paz por medio de Jesucristo” (v. 36; cap. 2:39; Efesios 2:17).

¡Gloriosas visitas para esta casa otrora pagana! Primero un ángel (v. 3), luego Pedro y los hermanos que lo acompañaban, portadores del mensaje del Evangelio; por último, y por encima de todo, el Espíritu Santo, quien vino a sellar a esos nuevos convertidos, dando testimonio de su fe y de su calidad de hijos de Dios. ¿Cómo no reconocer en este signo público la voluntad de la gracia de Dios? Pedro solo pudo confirmarlo por el signo del bautismo cristiano (v. 48).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"