Al pasar los años, vemos que se levanta en Israel "otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho…" (v. 10).
Esa generación no había experimentado la fidelidad de Dios que sus padres experimentaron en el desierto ni el poder que manifestó en el propio Canaán. Entonces, se alejan de Jehová para ir tras otros dioses (v. 12).
Es un serio ejemplo que debemos considerar los que formamos parte de una nueva generación del pueblo de Dios. Si somos hijos de padres creyentes, hemos oído hablar de las maravillas que Dios hizo a través de las generaciones precedentes; pero quizá no conocemos al Señor por medio de una experiencia personal.
¡Ay, qué triste!, el brillante despertar del siglo pasado se fue cuesta abajo. Los “ancianos”, de cuyo fiel y poderoso testimonio oímos hablar, se fueron uno tras otro. “Acordaos de vuestros pastores” (o conductores) recomienda Hebreos 13:7. Nos dejaron su ministerio por escrito y su ejemplo. Ante todo, imitemos su fe. Y si bien ellos ya partieron, el Señor permanece con nosotros. Su presencia es suficiente ¡aun para un tiempo de debilidad como el de hoy!
Y si el Señor nos deja todavía algunos años, los más jóvenes de entre nosotros, a su turno, tendrán que asumir sus responsabilidades.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"