¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará?
(Romanos 8:33-34)
Como para burlarse del acusador, Dios hace proclamar al mismo Balaam, desde lo alto de la montaña, que él no ha “notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel”. Al leer el versículo 21, uno no puede dejar de preguntarse: ¿Cómo puede Dios afirmar lo que tan manifiestamente se ve desmentido por los hechos? ¿Acaso ha olvidado las murmuraciones, las codicias, la idolatría, la rebelión? El versículo 23 nos da la respuesta:
A su tiempo será dicho de Jacob y de Israel: ¡Mirad lo que ha hecho Dios!
(V. M.)
Mientras el pueblo iba acumulando pasos en falso en el desierto, Jehová cumplía la obra necesaria a fin de hacerlo apto para entrar en el país. Se había ocupado de todos los pecados de los suyos dando los sacrificios, el sacerdocio, la serpiente de bronce y otras tantas imágenes de la obra de Jesús. De manera que si Dios habla así, no es por falta de memoria ni por pasar con indulgencia sobre el mal. Es porque al contemplar a su pueblo, ve su propia obra. Constantemente tiene ante sus ojos la obra de su Hijo, y no sería fiel y justo hacia este perfecto Salvador si todavía imputase la menor falta a aquellos, a quienes él ha lavado con su sangre (1 Juan 1:9).
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"