Desánimo de Moisés, su petición

Números 11:10-23

¡Aquí vemos a Moisés desanimado! Reprocha a Dios el peso de todo ese pueblo (v. 11), él, que al final del capítulo anterior hablaba triunfalmente de los “millares de millares de Israel”. Es cierto, Moisés no podía cargar solo con ese pueblo, ¡pero precisamente no estaba solo! Jehová mismo llevaba a Israel “sobre alas de águilas” (Éxodo 19:4) y en sus brazos paternales (Deuteronomio 1:31).

El Salmo 106 evoca este triste episodio:

Bien pronto olvidaron sus obras… Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto… y él les dio lo que pidieron, mas envió mortandad sobre ellos.
(v. 13-15)

Esto encierra una verdad muy seria. Cuando insistimos en obtener lo que Dios no quiere darnos, puede suceder que finalmente nos lo conceda, pero acarreando consigo unas consecuencias desastrosas; así sucedió con Israel (v. 19-20, 33). En el Salmo 106 algunas versiones traducen “flaqueza en sus almas” por “mortandad”. La flaqueza (consunción), según el diccionario, es un adelgazamiento y debilitamiento progresivos. Un debilitamiento de nuestras almas, ¿no es más serio incluso que una enfermedad? Que Dios nos ampare de esas codicias “que batallan contra el alma” (1 Pedro 2:11), enseñándonos a contentarnos con lo que él nos da y con lo que, en su conocimiento perfecto, ve bien en negarnos.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"